Glaucoma y fármacos de liberación sostenida

El glaucoma es una de las principales causas de ceguera irreversible en el mundo y las últimas cifras indican que unos 80 millones de personas están afectadas y 11 millones de pacientes son ya ciegos de ambos ojos debido a una neuropatía óptica glaucomatosa.

La presión intraocular (PIO) elevada se sigue identificando como un factor de riesgo importante para la aparición y progresión del glaucoma y las directrices internacionales recomiendan, como primer abordaje terapéutico, reducirla y controlarla mediante un tratamiento farmacológico hipotensor adecuado, tanto tópico como sistémico.

La terapia tópica con colirios hipotensores constituye generalmente la primera línea de tratamiento, pero plantea importantes problemas de adherencia por parte del paciente, ya que la medicación debe tomarse, en terapia crónica, todos los días y a veces es necesario utilizar más de un colirio. Los pacientes de edad avanzada suelen tener dificultades para instilarse correctamente las gotas y, a menudo, parte del colirio se dispersa por las mejillas. Se estima que más del 80% de los pacientes no utilizan los colirios hipotensores según la prescripción y esta mala adherencia terapéutica es una de las causas de los peores resultados visuales. Además, existen importantes barreras anatómicas en el ojo que pueden dar lugar a niveles subóptimos de concentración del fármaco en los tejidos diana. A esto se añade el hecho de que la administración en colirio se caracteriza por un patrón "pulsátil" con picos de concentración cercanos a la administración y niveles más bajos antes de la siguiente dosificación, lo que puede dar lugar a un peor control de la PIO y a un mayor riesgo de efectos adversos.

El estudio italiano, 'Sistemas de administración de fármacos para el glaucoma: una revisión narrativa", publicado en Pharmaceuticals, hizo balance de los sistemas de liberación sostenida en fase de desarrollo, que podrían evitar algunos de los problemas del tratamiento con colirios hipotensores. De hecho, un sistema de liberación sostenida se asocia a una disminución más constante de la PIO a lo largo del tiempo, una dosis total más baja y un menor riesgo de efectos secundarios sistémicos. No hay que olvidar la ventaja de no tener que recordar la dosis diaria, con una probable reducción del riesgo de incumplimiento terapéutico.

Los sistemas de liberación sostenida para el tratamiento del glaucoma y la hipertensión ocular, actualmente en desarrollo clínico o preclínico, ilustrados en esta revisión son:.

  1. Sistemas con liberación a través del conducto lagrimal
  2. Sistemas de administración a través del fórnix conjuntival
  3. Lentes de contacto medicinales
  4. Sistemas de administración de fármacos en la zona periocular
  5. Sistemas de administración intracameral de fármacos

A principios de 2025, también se publicó un estudio preclínico en el Journal of Advanced Material, "El compuesto de hidrogel y fármaco formador de coloide prolonga la disminución de la presión intraocular en ojos de roedores tras la inyección subconjuntival", en el que investigadores del Instituto de Ingeniería Biomédica e Ingeniería Química de la Universidad de Toronto desarrollaron un nuevo método para prolongar considerablemente la duración del tratamiento antiglaucomatoso. Aprovechando los agregados coloidales del fármaco -que antes se consideraban un problema en el desarrollo de medicamentos-, han desarrollado una tecnología para la liberación prolongada del antiglaucomatoso en el ojo.

Se utilizó una inyección subconjuntival como vía de administración, que contenía una versión modificada de un fármaco utilizado habitualmente en la terapia del glaucoma: el timolol, que puede convertirse de la forma soluble a una forma de agregado coloidal para inyectarse en el espacio subconjuntival. Una sola administración intravítrea produce efectos hipotensores durante 7 semanas, en lugar de las 6 horas habituales de los colirios convencionales: unas 200 veces más.

Si se obtuvieran resultados similares en humanos, se minimizaría el riesgo de efectos secundarios sistémicos, como la bradicardia, ya que las concentraciones circulantes del fármaco se mantendrían bajas. Paralelamente, se reduciría la necesidad de instilaciones diarias del colirio, lo que mejoraría el cumplimiento terapéutico de los pacientes.

De los laboratorios de investigación a la práctica clínica: éste es, pues, el camino que podría marcar un verdadero punto de inflexión en la terapia del glaucoma, satisfaciendo así una importante necesidad no cubierta en oftalmología.

En cuanto al glaucoma, también proponemos:

Bibliografía
  • Fea AM, Vallino V, Cossu M, Marica V, Novarese C, Reibaldi M, Petrillo F. Drug Delivery Systems for Glaucoma: A Narrative Review. Pharmaceuticals (Basilea). 2024 Sep 2;17(9):1163. doi: 10.3390/ph17091163. PMID: 39338326; PMCID: PMC11435076.
  • Dang M, Slaughter KV, Cui H, et al. Colloid-Forming Prodrug-Hydrogel Composite Prolongs Lower Intraocular Pressure in Rodent Eyes after Subconjunctival Injection. Adv Mater. 2025 Jan 6:e2419306. doi: 10.1002/adma.202419306

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