La edad es un importante factor de riesgo del glaucoma, una enfermedad degenerativa crónica que afecta al nervio óptico y es caracterizada por daños progresiva de sus fibras nerviosas constituyentes y el consiguiente daño del campo visual. Si no se trata, la reducción progresiva del campo visual puede conducir a la ceguera.. Varios estudios señalan que la incidencia del glaucoma en la población anciana ha aumentado en los últimos años. Sin embargo, también ha aumentado la disponibilidad de tratamientos oftálmicos para esta afección y muchos investigadores se han centrado en el estudio de los colirios antiglaucomatosos y el cumplimiento de la terapia prescrita.
Uno de los problemas que plantea el uso de colirios es la dificultad de su aplicación, sobre todo en pacientes de edad avanzada. Se calcula que un porcentaje de pacientes de edad avanzada, que oscila entre 30% y 90%, se administran las gotas ellos mismos. Por ello, muchos han subrayado la importancia de enseñar a los pacientes con glaucoma el uso correcto de los colirios de autoadministración, que a menudo se suministran en envases de un solo uso. De hecho, los colirios monodosis no contienen conservantes y pueden ofrecer varias ventajas a los pacientes, entre ellas un menor riesgo de contaminación. Sin embargo, varios estudios han demostrado que la autoaplicación de colirios resulta especialmente difícil en pacientes de edad avanzada en comparación con pacientes más jóvenes.
Factores que influyen en el éxito de la autoadministración
Hay muchos factores que pueden influir en el éxito de la autoadministración de colirios para el tratamiento del glaucoma.
Muchos artículos, por ejemplo, han abordado la cuestión de las limitaciones físicas de las personas mayores, que pueden tener temblores en las manos o menor sensibilidad táctil, dificultad para reclinar la cabeza hacia atrás o pérdida del campo visual. Cualquiera de estos factores, o una combinación de ellos, puede interferir significativamente en la correcta aplicación de las gotas y provocar lesiones o irritaciones repetidas en la superficie ocular.
Cuando no existen impedimentos físicos o mentales en los pacientes de edad avanzada, las dificultades de aplicación parecen residir en el tipo de botella utilizada.
De hecho, un estudios recienteso constató que las dificultades en la autoaplicación de colirios se dan especialmente en el caso de los envases desechables, frente a los frascos multidosis, probablemente porque son más difíciles de abrir y presionar para extraer las gotas.
Además, el estudio descubrió que, en los pacientes de más edad, la contaminación de la punta de las monodosis se produce con más frecuencia y, por descuido, entra en contacto con la superficie ocular, provocando lesiones e infecciones.
Otro problema recurrente son las lesiones en la córnea, que puede lesionarse con los clavos durante la aplicación. Por otra parte, no se encontraron diferencias en la capacidad de autoaplicación entre ambos sexos, mientras que la agudeza visual del mejor ojo y la experiencia previa con envases de colirio desechables fueron un factor discriminante para la administración satisfactoria.
El problema del mal agarre
Todos los factores que hemos examinado que causan dificultades en la autoadministración de colirios están obviamente relacionados con una mala adherencia al tratamiento. Además, los estudios han demostrado que este aspecto suele ser infravalorado por los pacientes con glaucoma. En concreto, un estudio en el que participó un grupo de pacientes con glaucoma mayores de 65 años encontró una tasa de no adherencia de 23%. Un porcentaje notable que pone de manifiesto la necesidad de educar a los pacientes, especialmente a los de más edad.
El estudio también demostró que muchos de los pacientes están convencidos de que se aplican el colirio correctamente, mientras que esto no es cierto en aproximadamente la mitad de los casos. Por desgracia, también hay que tener en cuenta que muchos pacientes de edad avanzada no tienen la posibilidad de recurrir a la ayuda de otra persona para la administración.
En conclusión, en los pacientes de edad avanzada existe una correlación entre la capacidad de autoadministración y el formato del dispositivo que contiene las gotas, así como con la experiencia previa de autoaplicación.
Por este motivo, es importante pedir al médico, sin miedo, que le instruya en la autoadministración de colirios y que le controle a intervalos regulares para comprobar el éxito de la terapia. Si no nota una mejoría de su estado debido a una autoadministración incorrecta, será mejor que recurra a un ayuda para la solicitudpor familiares o personal especializado, para evitar el fracaso del tratamiento y la aparición de posibles infecciones o lesiones debidas al contacto del frasco con la superficie ocular.