El glaucoma es una enfermedad ocular neurodegenerativa debilitante que, hasta la fecha, afecta a más de 80 millones de personas en todo el mundo. La presión intraocular (PIO) elevada es un importante factor de riesgo para la pérdida progresiva de células ganglionares de la retina que se produce en el glaucoma. Sin embargo, sabemos que algunos mecanismos independientes de la PIO también desempeñan un papel en la patogénesis de esta enfermedad. De hecho, en casi la mitad de los ojos con glaucoma no hay una PIO elevada y es probable que en este caso la neurodegeneración sea la causa principal de la enfermedad. Esta hipótesis también se ve confirmada por la observación de que el deterioro del campo visual continúa en aproximadamente el 30-40% de los pacientes, a pesar de una reducción de la PIO.
Se ha demostrado que una mayor ingesta de ciertos componentes dietéticoscontenida en el té verde, las frutas y las verduras está relacionada con el mantenimiento de niveles más bajos de PIO y, por tanto, con una menor incidencia de glaucoma. Esto se debe a las altas concentraciones de antioxidantes y flavonoides que contienen estos nutrientes, que por tanto tienen propiedades antiinflamatorias y neuroprotectoras. De hecho, se han desarrollado complementos alimenticios que contienen sustancias naturales que, en combinación con las terapias tradicionales, pueden ayudar a reducir la inflamación y el estrés oxidativo, mejorando el resultado de la terapia antihipertensiva ocular y ralentizando la progresión del glaucoma. Entre ellas figuran, además del galato de epigalocatequina contenido en el té verde, la forskolina, la citicolina, la homotaurina, las vitaminas B y E y el coenzima Q10.
Recientemente, los estudios sobre enfoques nutricionales como coadyuvantes para el tratamiento y la prevención del glaucoma se han centrado no sólo en componentes dietéticos aislados, sino también en el conjunto de la dieta, donde las interacciones entre distintos alimentos pueden dar lugar a posibles efectos protectores.
Beneficios de la dieta MIND en la incidencia del glaucoma de ángulo abierto: el estudio de Rotterdam
Recientemente se ha desarrollado la dieta MIND (abreviatura de Mediterranean DASH Diet Intervention) para el retraso neurodegenerativo como estrategia para promover un proceso de envejecimiento cognitivo lo más saludable posible. Se trata de una combinación de la dieta mediterránea y la dieta DASH contra la hipertensión. Se ha observado que la dieta MIND está efectivamente asociada a una menor incidencia de la enfermedad de Alzheimer y que consigue ralentizar el deterioro cognitivo.
No hay que olvidar que el ojo y el cerebro comparten un origen embrionario común y que la retina y el nervio óptico se extienden desde el diencéfalo durante el desarrollo embrionario. Por ello, a pesar de su diferente morfología, las células ganglionares de la retina muestran las propiedades típicas de las neuronas del sistema nervioso central. Además, el glaucoma de ángulo abierto (GAA) y la enfermedad de Alzheimer comparten múltiples cambios bioquímicos y patológicos. Por ello, se ha planteado la hipótesis de que la dieta MIND podría tener efectos neuroprotectores no sólo en el cerebro, sino también en el ojo.
La reciente Estudio de Rotterdam demostraron que una mayor adherencia a la dieta MIND se asocia a una menor incidencia de GAA. Al no haber un efecto directo sobre la PIO, se planteó la hipótesis de que los efectos protectores de la dieta MIND están asociados a otras vías. Se observó que una mayor ingesta de verduras de hoja verde se asocia con una reducción del riesgo de desarrollar GAA en 20-30%. Además, la ingesta de pescado rico en ácidos grasos omega-3 y omega-6, conocidos por sus propiedades antiinflamatorias, antiangiogénicas, antitrombóticas, hipolipidémicas y vasodilatadoras, es también un componente de la dieta MIND que podría desempeñar un importante papel neuroprotector.
Por último, las bayas de este enfoque nutricional son ricas en polifenoles, que tienen propiedades antiproliferativas, antidiabéticas, anticancerígenas, antimicrobianas, antiinflamatorias y antivirales, además de una gran capacidad antioxidante.
Comparación entre la dieta MIND y la dieta mediterránea
Para un análisis más completo, el estudio también comparó la dieta MIND con la dieta mediterránea, pero es importante destacar que no se observó ninguna asociación significativa entre la adherencia a la dieta mediterránea, el GAA o la PIO. Esta observación coincide con la de otros estudios anteriores, en los que se observó un menor riesgo de glaucoma en los participantes que seguían un estilo de vida mediterráneo, pero no se halló ninguna asociación causal significativa.
Los autores del estudio afirman, en conclusión, que la dieta MIND parece ser un enfoque prometedor para mantener la salud ocular y proteger los ojos del glaucoma de ángulo abierto, y que será interesante seguir investigando y confirmando los resultados obtenidos.
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