Los farmacéuticos y la resistencia a los antibióticos

El Gobierno italiano tomó importantes decisiones en los primeros meses de 2020 que prevén un mayor compromiso con la luchar contra l'resistencia a los antibióticosque tendrá a las farmacias como protagonistas.
Dedicamos esta ficha a las nuevas funciones que deberá desempeñar el farmacéutico en este contexto y a una breve descripción del fenómeno de la resistencia a los antibióticos, con especial atención a la oftalmología.

Campañas de sensibilización y formación
En consecuencia, el Gobierno emprenderá acciones para combatir el fenómeno de la resistencia a los antibióticos, a través de:
- fomentar el consumo informado de antibióticos con campañas de sensibilización en las farmacias
- buenas prácticas para el control de las infecciones hospitalarias
- la financiación de la investigación y la formación continua de médicos, farmacéuticos y otros profesionales sanitarios implicados.

En particular, el Gobierno se ha comprometido a poner en marcha iniciativas para prever campañas de sensibilización e información para los ciudadanos sobre el tema de la resistencia a los antimicrobianos promovida en las farmacias individuales pertenecientes a la amplia red de farmacias públicas y privadas afiliadas al servicio nacional de salud, definiendo las medidas apropiadas de acuerdo con la normativa sobre "farmacia de servicio".
En el ámbito de la formación, el Gobierno promoverá, en relación con sus propias competencias, la puesta en marcha de programas específicos de formación. cursos de formación para médicos, farmacéuticos y otros profesionales sanitarios implicados, centrado en las estrategias de prevención de la resistencia, de modo que puedan adquirir las formas más eficaces de concienciar, incluso mediante campañas de educación sanitaria, a los pacientes sobre el uso seguro de los antibióticos, con especial atención a la ingesta correcta, el cumplimiento de las dosis y los horarios, y los peligros de almacenar cualquier reserva restante del medicamento.

Resistencia a los antibióticos en oftalmología
En las últimas décadas, el uso inadecuado de antibióticos (especialmente de moléculas de amplio espectro de acción), la administración de dosis subóptimas y el uso masivo en primera línea de moléculas con alta capacidad de generar resistencias, han propiciado la aparición de la resistencia a los antibióticos.
De hecho, en los últimos años, los antibióticos se han utilizado masivamente, no sólo para terapias en humanos, sino también en ganadería y cría de animales y en la producción de alimentos, hasta el punto de que han llevado a la selección de cepas microbianas que han adquirido resistencias múltiples, es decir, dirigidas hacia muchas (si no todas) familias de antibióticos.
Cuando se habla de resistencia a los antibióticos y de bacterias multirresistentes, las temidas "superbacterias", se suele pensar en nuevas enfermedades y/o pandemias que se extienden sin control. En realidad, la verdadera amenaza es menos evidente, pero más insidiosa, ya que acecha precisamente en los lugares de asistencia, como los hospitales.
Entre los principales problemas se encuentran la presencia de cepas resistentes a las fluoroquinolonas y de estafilococos resistentes a la meticilina (MRSA: Methicillin-Resistant Staphylococcus Aureus), a los que se han unido recientemente cepas bacterianas resistentes a todos los antibióticos (MDR: Multi-Drug Resistant).
El problema de la resistencia se plantea desde hace tiempo en las terapias sistémicas, pero también afecta específicamente a los antibióticos de uso oftálmico.

Antibióticos y su uso correcto
En cuanto al problema de la resistencia a los antibióticos, hay que evaluar las enfermedades oculares según su grado de importancia: la división principal debe hacerse entre la conjuntivitis y todas las demás formas que puedan considerarse graves o para las que sea ciertamente necesaria una intervención farmacológica, como queratitis, endoftalmitis, dacriocistitis y flemón.
En realidad, la superficie ocular no es estéril, sino que se caracteriza por la presencia de un microbiotacuya composición puede variar en función de diversos factores.
Las bacterias más representadas son las Staphylococcus epidermidis, que puede representar hasta 64% de la flora, y la Staphylococcus aureus, que puede representar hasta el 12 % de la flora, seguida de la Micrococospor otros CoNS, por el Propionebacterium, de Corynebacterium. Con el uso de técnicas de biología molecular, a estas bacterias principales se han unido otras como: Pseudomonas, Bradyrhizobium, Acinetobacter, Brevundimonas,Aquabacterium, Sphingomonas, Streptococcus, Streptophyta, Methylobacterium, Enhydrobacter, Bacillus y Ralstonia spp. .
La microbiota desempeña un papel muy importante, como ecosistema de la superficie ocular, en la defensa contra la colonización por otros gérmenes patógenos y crea en ella un equilibrio tal que no surjan patógenos oportunistas.
De lo anterior se deduce que en el formas leves de conjuntivitisEn general, las bacterias principales responsables son las que forman parte del microbioma y que, por alguna razón, toman el control y se convierten en patógenas, por lo que principalmente Estafilococos e Estreptococos y Gram-negativos mucho más distantes como Enterobacteria y Pseudomonas y luego el Moraxelle y el Hemofilia.
En las enfermedades conjuntivales según los principios de la MBSE (Medicina Basada en la Evidencia), teniendo en cuenta que la mayoría de las infecciones bacterianas tienden a autolimitarse en 7/10 días es una evidencia de tipo A que en la mayoría de las conjuntivitis (sospecha o confirmación) el tratamiento no es necesario. Pero también es una evidencia de tipo A que el uso de antibióticos tópicos reduce la duración de la conjuntivitis, permitiendo, por ejemplo, una reincorporación más rápida al trabajo o a la escuela, y que es razonable utilizar un antibiótico de amplio espectro para tratar la conjuntivitis bacteriana.
Por otra parte, es una evidencia C que en las conjuntivitis con secreción muco-purulenta o resistentes a la terapia, el cultivo bacteriano es útil en primer lugar.
En el caso de infecciones conjuntivales en pacientes inmunocomprometidos, pacientes con anexos alterados, pacientes con película lacrimal alterada, pacientes con lentes de contacto en los que las lesiones pueden evolucionar, es aconsejable realizar antes de iniciar la terapia la frotis conjuntival, que luego se examina e interpreta en un centro de referencia. Sólo así se puede evitar el uso indiscriminado de antibióticos de última generación y utilizar los específicos para el germen aislado.
En el caso de queratitisExiste un gran debate entre los clínicos sobre el uso de monoterapia o terapia combinada. Sin embargo, siempre debe tomarse una muestra de la lesión corneal y analizarse mediante técnicas de biología molecular y/o una técnica clásica. Una vez identificado el germen y/o el antibiograma, la terapia debe llevarse a cabo con el mejor antibiótico posible contra el germen aislado.
En general, sin duda hoy las mayores preocupaciones proceden de Resistencia creciente de los CoNS y disminución de la sensibilidad del Staphylococcus aureus a los aminoglucósidos más antiguos, pero especialmente a las fluoroquinolonas.
Esto significa una pérdida progresiva de armas importantes contra los gérmenes más presentes tanto en las conjuntivitis como en las queratitis, y también en la mayoría de las infecciones oculares graves, ya que junto al problema de la resistencia a la meticilina, el de la multirresistencia es cada vez más evidente.
En este sentido, es importante destacar el excelente rendimiento del netilmicina en Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM) y en CoNS multirresistentes (MRSE).
La netilmicina es un antibiótico aminoglucósido de última generación, un derivado semisintético de Micromonospora actynomices. Está formado por dos aminoazúcares llamados garosaminas, unidos por un núcleo de hexosas.
La netilmicina es bactericida y actúa bloqueando la síntesis de proteínas, ya que se une a la subunidad 30S del ARN ribosómico.
La primera publicación de Sloane sobre el uso de este aminoglucósido en endoftalmitis se remonta a 1981, y desde entonces ha habido más de sesenta publicaciones en las principales revistas sobre la netilmicina, en el ámbito oftalmológico en general y tópico en particular.
Estos estudios investigan especialmente la actividad antimicrobiana del fármaco evaluando la resistencia bacteriana, pero también la tolerabilidad local, un factor muy importante a la hora de elegir un fármaco para uso tópico, y la duración de la actividad del fármaco tras su administración.

 

 

Copyright 'l'Oculista italiano' - Febrero de 2020

 

Dr. Carmelo Chines
Director responsable