Nuevas estrategias terapéuticas en la resolución de la inflamación ocular

Introducción
La monografía "Inflamación: clínica y terapia" (Parte I y II), publicada por "l'Oculista Italiano", reúne numerosas contribuciones científicas relevantes que ponen de relieve la importancia del componente inflamatorio en diversas enfermedades oculares.
Los dos volúmenes describen para cada patología el tratamiento farmacológico, preventivo y/o curativo actual para la resolución terapéutica de la inflamación que afecta a los segmentos anterior y posterior del ojo. La resolución eficaz de la respuesta inflamatoria viene indicada por el resultado satisfactorio del tratamiento, reflejado por el efecto protector del tejido comprometido, la eliminación de restos y células muertas y el retorno del tejido dañado a la homeostasis (Fig. 1).

Fig. 1. Proceso de varios pasos en la resolución de la inflamación. Modificado por: Recchiuti A. Resolvina D1 y sus GPCRs en los circuitos de resolución de la inflamación. Prostaglandinas y otros mediadores lipídicos. 2013;107: 64-76. Leyenda: PMN: leucocitos polimorfonucleares; M: macrófagos; MP: micropartículas plasmáticas.
Fig. 1. Proceso de varios pasos en la resolución de la inflamación. Modificado por: Recchiuti A. Resolvina D1 y sus GPCRs en los circuitos de resolución de la inflamación. Prostaglandinas y otros mediadores lipídicos. 2013;107: 64-76. Leyenda: PMN: leucocitos polimorfonucleares; M: macrófagos; MP: micropartículas plasmáticas.

Se ha confirmado además cómo el proceso inflamatorio implica un complejo cascada de señales biológicas moleculares y celulares, que alteran las respuestas fisiológicas del tejido ocular afectado.
También se desprende de la monografía que la flogosis es una proceso transversal que, cuando se desencadena por un evento lesivo, da lugar a síntomas clínicos particulares, no sólo circunscritos a patologías oculares frecuentemente asociadas a procesos inflamatorios (por ejemplo, alergia, conjuntivitis, queratitis, uveítis, etc.), sino también, como se ha demostrado en los últimos años, a patologías como el glaucoma, la DMAE y la retinopatía diabética.
Nuevas revisiones surgen de la monografía de varios autores también sobre la aspectos inflamatorios relacionados con la cirugía ocular e en el restablecimiento de la función de los tejidos. En el lugar de la lesión, las células liberan señales moleculares que provocan una serie de cambios en la zona afectada: dilatación de los vasos sanguíneos, aumento del flujo sanguíneo y de la permeabilidad vascular, exudación de fluidos que contienen proteínas como inmunoglobulinas e invasión por leucocitos. En el proceso inflamatorio intervienen distintos tipos de leucocitos, como granulocitos, monocitos y linfocitos.
Los continuos avances en el conocimiento de las vías bioquímicas y celulares asociadas a la respuesta inflamatoria han permitido adentrarse en los mecanismos más recónditos de las patologías oculares. El clínico tiene así la posibilidad de utilizar no sólo fármacos ya probados y consolidados clínicamente (corticosteroides, antiinflamatorios no esteroideos, antiproliferativos, antisupresores, biofármacos), sino también de probar nuevas hipótesis farmacológicas para algunas patologías oculares más complejas gracias a las cuales, también con el apoyo de nuevos métodos de administración de fármacos, hoy es posible tratar con suficiente eficacia muchos procesos inflamatorios oculares del segmento anterior (por ejemplo, ojo seco, queratitis, conjuntivitis) y también del segmento ocular del ojo. ojo seco, queratitis, conjuntivitis) y también del segmento posterior del ojo (por ejemplo, edema macular diabético, uveítis). Sin embargo, aunque se dispone de un amplio arsenal terapéutico, para algunas afecciones patológicas oculares, especialmente las caracterizadas por una elevada cronicidad, el uso de determinados fármacos plantea problemas de eficacia y/o toxicidad. La inflamación crónica y prolongada es un rasgo definitorio de enfermedades como la aterosclerosis, la obesidad, la diabetes, la artritis reumatoide, el asma y diversos tipos de cáncer. Muchas de estas enfermedades tienen ahora manifestaciones oculares establecidas en la retinopatía diabética, la escleritis, la uveítis, el síndrome del ojo seco y las neoplasias oculares. Esto también nos lleva a observar con detenimiento los avances farmacológicos y clínicos que se están produciendo en ámbitos aparentemente alejados de la aplicación oftálmica, pero que potencialmente, por traslación, también podrían ser utilizables en el campo ocular. En efecto, a pesar de que muchos tejidos oculares disponen de un sistema inmunoprivilegiado o muy evolucionado para proteger el delicado eje visual1-3 el control esencial de la inflamación aguda está regulado por las mismas vías generales, mediadores y células efectoras que gestionan las respuestas inflamatorias en otros órganos. No es casualidad que la mayoría de los inmunosupresores utilizados en las enfermedades oculares inflamatorias se desarrollaran originalmente en la medicina de trasplantes, para las enfermedades reumáticas u otras enfermedades sistémicas de origen inflamatorio.
Recientemente, se ha observado una alteración significativa en el perfil de citoquinas y quimioquinas en muestras de humor acuoso de pacientes diabéticos sin patología retiniana manifiesta, pero con una marcada similitud a lo encontrado en pacientes con retinopatía manifiesta4. Esta información científica no sólo respalda el hecho de que la inflamación crónica desempeña un papel importante en la patogénesis de la retinopatía, sino que también sugiere que el proceso inflamatorio se activa incluso antes de que se diagnostique clínicamente la retinopatía (diabética y/o proliferativa). La alteración en el perfil de ciertas citoquinas podría, por tanto, convertirse tanto en un marcador predictivo, como en una diana importante para el desarrollo de futuras opciones terapéuticas. Además, las consideraciones descritas hasta ahora refuerzan la hipótesis de que, aunque el armamentario terapéutico actual permite el manejo eficaz del componente inflamatorio de muchas patologías oculares, la demanda por parte de los pacientes de nuevas pruebas diagnósticas, nuevos fármacos más eficaces y/o más seguros aún tiene amplios márgenes experimentales que satisfacer. En el resto de este artículo, se retomarán algunas pinceladas sobre la farmacología de la inflamación para señalar algunos ejemplos del desarrollo de potenciales nuevos enfoques terapéuticos que podrían, en un futuro próximo, resultar alternativos y/o complementarios a los actualmente en uso.

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Dr. Carmelo Chines
Director responsable

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