Dolor ocular

Cuáles son los tipos de dolor y qué trastornos lo provocan

Las personas que sufren dolor ocular persistente suelen acudir a un oftalmólogo para que les haga una evaluación clínica adecuada. Pero, ¿cómo puede clasificarse el dolor ocular?

A grandes rasgos, podríamos distinguir dos macrocategorías:

  • En todas las situaciones en las que el dolor se produce como respuesta fisiológica a un estímulo externo (como un traumatismo, una intervención quirúrgica o una infección) el dolor se denomina nociceptivo y resulta de la estimulación de los receptores del dolor, que están presentes en todo el cuerpo y también en el ojo.1
  • Cuando el paciente se queja de síntomas importantes en comparación con los signos clínicos o sin un traumatismo previo aparente, la manifestación de dolor entra en el ámbito de la dolor patológico o neuropático.1

Sin embargo, al profundizar en el tema, nos damos cuenta de que los tipos de dolor ocular son muchos más, veámoslos juntos.

Dolor ocular neuropático

El dolor ocular neuropático es un reto importante para los oftalmólogos porque, hasta la fecha, no existen criterios diagnósticos consensuados. La definición actual de dolor neuropático requiere pruebas de daño o lesión en el sistema nervioso somatosensorial (es decir, las vías nerviosas sensoriales que transmiten señales del exterior, como el tacto, la percepción del calor y el dolor) y el diagnóstico se estratifica como dolor neuropático posible, probable o definitivo.1 El dolor neuropático es desproporcionado con respecto a los signos o incluso puede producirse en ausencia de estímulos nocivos y causar un dolor debilitante sin significado fisiológico aparente. En estas circunstancias, los pacientes pueden experimentar dolor en respuesta a estímulos normalmente benignos o presentar una respuesta exagerada a estímulos dolorosos.2 Además, los estímulos de dolor agudo pueden convertirse en dolor crónico.

Se ha propuesto que el dolor neuropático tiene un componente genético que actúa afectando a la neurotransmisión, la respuesta inmunitaria y el metabolismo.2 La percepción del dolor neuropático ocular también puede verse muy influida por factores psicológicos como el estrés, la depresión y la ansiedad.2

 Dolor ocular agudo

El dolor ocular agudo suele ser una respuesta fisiológica al daño tisular y se alivia con tratamientos analgésicos.2 Las causas del dolor ocular agudo pueden ser muchas.

Las afecciones que afectan a la conjuntiva o la córnea comienzan con una sensación de escozor y dolor sordo que se hace más intenso durante los movimientos oculares a medida que avanza la enfermedad. El enrojecimiento, el lagrimeo y la secreción son síntomas característicos de las enfermedades de la superficie ocular. Otros síntomas (como picor, secreción y congestión bulbar) pueden indicar un proceso patológico específico, como alergias o infecciones víricas y bacterianas.3 Otras enfermedades oculares, como queratitis, escleritis, glaucoma, uveítis, enfermedades de la retina, pueden causar dolor ocular agudo.3

En el contexto de un traumatismo agudo, una intervención quirúrgica o una infección, el dolor suele ser transitorio y su resolución se produce rápidamente tras el tratamiento de la enfermedad subyacente.4

Dolor en la superficie ocular

El dolor de la superficie ocular puede asociarse a síntomas de sequedad, molestias, granularidad, picor, quemazón, dolor punzante, que pueden aparecer espontáneamente o exacerbarse por agresiones ambientales, como el viento, la luz o los cambios de temperatura. El dolor agudo de la superficie ocular suele deberse a lesiones tisulares locales en el contexto de traumatismos, intervenciones quirúrgicas e infecciones. En estos contextos, el dolor suele ser transitorio y se resuelve con el tratamiento de la afección subyacente. A veces, sin embargo, el dolor puede persistir debido a un estrés continuado de la superficie ocular o a anomalías nerviosas, o a ambas cosas.4

El dolor en la superficie ocular repercute negativamente en la calidad de vida del paciente. De hecho, a menudo se asocia con insomnio y problemas en las relaciones sociales, con implicaciones que se extienden a las actividades de la vida diaria, como leer, conducir y trabajar. Afortunadamente, los recientes avances en la comprensión de la fisiopatología y la neurobiología del dolor de la superficie ocular pueden conducir al desarrollo de nuevas terapias para aliviar la carga individual y social de esta afección.4

Son muchos los factores que se han asociado al dolor crónico de la superficie ocular, incluidas las anomalías anatómicas congénitas o adquiridas de los párpados y la conjuntiva, y los factores sistémicos y ambientales.4

Síndrome del ojo seco: ¿cómo y por qué se vuelve doloroso?

El síndrome del ojo seco es una afección muy común en la que los pacientes refieren síntomas de sequedad ocular, asociados a ardor, arenilla, irritación, fotofobia y ojos cansados que tienden a cerrarse, incluso sin lesión en la superficie ocular. Sin embargo, varios estudios han demostrado que algunos pacientes clasificados como afectados por la sequedad ocular pueden tener problemas no relacionados con la correcta lubricación de la superficie ocular per se, sino más bien con una alteración del sistema somatosensorial.1

Diagnóstico y tratamiento del dolor ocular

Cuando el dolor aparece tras un traumatismo o una intervención quirúrgica, o debido a un proceso infeccioso o inflamatorio, el tratamiento del proceso subyacente o de la anomalía patológica suele conducir a su resolución.1 Este dolor, asociado a cirugía, lesión, infección o inflamación en la parte anterior del ojo, suele tratarse con esteroides tópicos y sistémicos y antiinflamatorios no esteroideos (AINE), pomadas lubricantes locales, geles o colirios, lentes de contacto vendadas o anestesia tópica.1

Los pacientes con ojo seco suelen tratarse con el objetivo de restaurar la película lagrimal y, una vez resuelta la afección subyacente, el dolor también desaparece. Sin embargo, en los pacientes con ojo seco que presentan síntomas desproporcionados con respecto a la forma en que se presenta la afección, el dolor puede estar causado por otras afecciones y, en estos casos, el tratamiento dirigido a restablecer la película lagrimal puede resultar ineficaz.1

En los casos de dolor ocular neuropático, el diagnóstico se realiza sobre una base clínica, con pruebas específicas que sirven para apoyar el diagnóstico correcto.2 El objetivo del tratamiento en este caso es reducir la señal nerviosa que causa el dolor.1 En pacientes con síntomas de larga duración o en los que los síntomas no desaparecen con el tratamiento con AINE o anestésicos tópicos, es probable que exista una mediación del dolor a nivel del sistema nervioso central y el tratamiento requerirá agentes sistémicos, como antiepilépticos y antidepresivos.1

Bibliografía

Dr. Carmelo Chines
Director responsable

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