Teniendo en cuenta el uso generalizado de fármacos oftálmicos tópicos (lágrimas artificiales, antiglaucomatosos, antibióticos tópicos, etc.), es interesante investigar la posibilidad de una acción antivírica colateral, que podría explicar los controvertidos datos sobre la incidencia de conjuntivitis, así como representar un posible punto de partida para el tratamiento del SRAS-CoV-2 en la superficie ocular.
El COVID-19 (COronaVIrus Disease 19), que se ha convertido en pandémico en el último año, es actualmente la principal preocupación mundial en materia de salud pública.
Varios estudios han descrito la afectación ocular en la infección por COVID-19 y un posible papel del ojo en la transmisión del SRAS-CoV-2. La conjuntivitis también puede ser el primer síntoma de COVID-19, precediendo a la aparición de tos y fiebre. Sin embargo, la prevalencia de la conjuntivitis en pacientes con COVID-19 sigue siendo controvertida: algunos informes indican una prevalencia de sólo 0,9%, mientras que otros señalan que hasta el 31,6% de los pacientes hospitalizados con COVID-19 grave presentan conjuntivitis.
Conservantes y excipientes
La mayoría de los colirios y pomadas oftálmicas también tienen cierta actividad antimicrobiana debido a la presencia de conservantes. Aunque teóricamente es posible un efecto antivírico con todos los conservantes más utilizados, los que hasta ahora han demostrado una eficacia antivírica potencial son: el perborato de sodio (y el peróxido de hidrógeno relacionado), el oxicloruro de complejo estabilizado (Purite, un agente oxidante), el ácido cítrico, el bicarbonato de sodio y el ácido bórico. De hecho, estas sustancias son capaces de destruir la envoltura lipídica de los virus: los oxidantes son capaces de desactivar las enzimas intracelulares de los microbios y alterar sus ácidos nucleicos, proteínas y componentes lipídicos, mientras que los detergentes dañan las membranas celulares de forma inespecífica.
Agentes antisépticos-desinfectantes
Dada la falta de tratamientos antivirales específicos para el COVID-19, es deseable un conocimiento más profundo de la eficacia potencial sobre los virus de los desinfectantes antisépticos. En cuanto a las formulaciones disponibles para uso oftálmico, las más comunes y potencialmente interesantes son las basadas en povidona yodada e hipoclorito sódico.
Lágrimas artificiales
La prevalencia del síndrome del ojo seco en la población general oscila entre el 5 y el 50%, por lo que las lágrimas artificiales se encuentran probablemente entre los preparados oftálmicos más utilizados por los pacientes. Curiosamente, varias sustancias contenidas en estas formulaciones tienen acción antiviral. Entre ellas se encuentran el ácido hialurónico de alto peso molecular, la trehalosa, el carbopol y la lactoferrina, así como aceites de manzanilla o extractos de Echinacea purpurea, Rubus fruticosus, Aloe vera, Ginkgo biloba, Centella asiatica y Foeniculum vulgare. Otros ingredientes a los que se atribuye una leve acción antivírica son el glicerol, la l-carnitina y los aceites ozonizados.
En general, se ha demostrado que las lágrimas artificiales ejercen su acción antivírica por diferentes mecanismos y sobre una amplia gama de virus ADN y/o ARN. Incluso se ha demostrado que varios constituyentes poliméricos y extractos naturales inhiben ciertos virus pertenecientes a la familia Coronaviridae. Además, ciertos electrolitos, contenidos en las lágrimas artificiales con la función de mantener la homeostasis de la superficie ocular, también pueden tener un efecto antiviral. Por ejemplo, se ha demostrado que el zinc (0,25%), utilizado como excipiente, inhibe la actividad polimerasa del SARS-CoV-2, bloqueando la replicación viral. Recientemente se ha utilizado cloroquina en lágrimas artificiales a una concentración de 0,03%, que ha demostrado un efecto inhibidor sobre la replicación viral de varios virus, incluido el SARS-CoV-2.
Preparados oftálmicos antiglaucoma
Se ha demostrado que algunas moléculas utilizadas para tratar el glaucoma influyen en el curso clínico de las infecciones víricas. Entre ellas se encuentran el maleato de timolol utilizado en el tratamiento de las infecciones por herpes simple y la brinzolamida, que tiene la capacidad de inhibir la multiplicación de los virus de la gripe H3N2, H1N1 y de la gripe aviar H5N2 y H7N1.
Antibióticos y otros antimicrobianos
Un número limitado de antibióticos contenidos en preparados oftálmicos también tienen actividad antivírica. Las categorías de antibióticos con potencial antivírico incluyen los macrólidos (como la azitromicina, que ha mostrado actividad frente al SARS-CoV-2), las tetraciclinas (propuestas en el tratamiento del COVID-19), las fluoroquinolonas, los aminoglucósidos, el cloranfenicol y el ácido fusídico.
Preparados oftálmicos antialérgicos y antihistamínicos
Se estima que alrededor de 20% de la población mundial padece una enfermedad alérgica, con afectación ocular en 60% de los casos, de hecho, entre los preparados oftálmicos los de acción antialérgica son los más utilizados. Sorprendentemente, varios antihistamínicos, como la clorciclizina, la clorfeniramina y la difenhidramina, han demostrado acción antivírica contra el virus de la hepatitis C (VHC), los filovirus (virus Ébola, virus de Marburgo y virus Cuevavirus) y los virus de la gripe A.
Preparados oftálmicos antiinflamatorios
Otra categoría interesante de principios activos contenidos en los preparados oftálmicos es la de los agentes antiinflamatorios. Por lo general, estos colirios o pomadas oftálmicas se utilizan para tratar o prevenir diversos tipos de inflamación ocular (por ejemplo, durante la perioperación o para la uveítis) o para controlar el dolor. Algunos AINE (antiinflamatorios no esteroideos) han demostrado acción antivírica, por ejemplo, sobre el virus del herpes simple (VHS).
Así pues, los preparados oftálmicos representan una vasta reserva de posibles fármacos candidatos para su reutilización como agentes antivirales.
Bibliografía:
Pietro Emanuele Napoli et al. A Panel of Broad-Spectrum Antivirals in Topical Ophthalmic Medications from the Drug Repurposing Approach during and after the Coronavirus Disease 2019 Era. J Clin Med. 2020 Aug; 9(8): 2441. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7463888/
Dr. Carmelo Chines
Director responsable
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