Lo dejamos la última vez hablando del ojo opaco, entendiéndolo en su interpretación más amplia, es decir, incluyendo todas aquellas condiciones que inducen en el propietario la sensación -correcta- de que el ojo de su compañero ha perdido transparencia.
Hay muchas condiciones patológicas que pueden conducir a esta alteración, así que vamos a empezar hablando de una condición particularmente grave que debe abordarse con prontitud.
Nos ayudará a abordar la Dr. Daniele Santillo, oftalmólogo veterinario que trabaja entre Italia y el Reino Unido.
Cómo se define el glaucoma en oftalmología veterinaria
El término glaucoma deriva del griego "glaucos", que significa azulado, en referencia a la coloración que puede adquirir la córnea en las fases avanzadas de la enfermedad. Un término "poético" que identifica, sin embargo, una enfermedad enrevesada y dolorosa que es una causa importante de ceguera en todo el mundo, tanto en humanos como en nuestros animales.
La definición médica del glaucoma ha ido cambiando con el tiempo en función de la creciente comprensión de la enfermedad; sin embargo, al menos en los animales domésticos, sigue caracterizándose fuertemente por el aumento de la presión intraocular hasta niveles incompatibles con el funcionamiento normal del ojo. El glaucoma provoca daños irreversibles en la retina y el nervio óptico hasta la ceguera total, a menudo acompañada, conviene recordarlo, de un intenso dolor.
El glaucoma es, a todos los efectos, una verdadera urgencia oftalmológica y, cuando existe la sospecha de padecerlo, debe realizarse una visita al oftalmólogo veterinario lo antes posible.
Antes de profundizar en los síntomas y el tratamiento, entendamos brevemente qué significa "aumento de la presión intraocular": el interior del ojo no está vacío, ya que circula (en la parte anterior) un fluido transparente, el humor acuoso, que es producido por los procesos ciliares (en la parte posterior de la periferia del iris) y es transportado en sentido anterior hasta la cámara anterior (el espacio entre la córnea y el iris) para proporcionar soporte metabólico al cristalino, la lente natural, y a la córnea. Desde aquí, el humor acuoso escapa a través del ángulo iridocorneal (la llamada "ruta convencional") y, en menor medida, a través del iris, los cuerpos ciliares y el vítreo (la llamada "ruta no convencional") para llegar a la circulación venosa. En resumen, y tal vez simplificando al extremo, los procesos ciliares pueden compararse a un grifo siempre abierto, mientras que el ángulo iridocorneal puede compararse al desagüe del sistema hidráulico "ocular".
La presión intraocular es el resultado del equilibrio entre la producción y el drenaje del humor acuoso, y en un ojo sano permanece relativamente constante. Por lo tanto, si no hay situaciones en las que aumente la producción de humor acuoso, el desequilibrio se produce como consecuencia de una reducción del drenaje.
Causas del glaucoma en perros y gatos
El glaucoma en pequeños animales puede clasificarse según su origen en glaucoma principal o secundaria. Junto a esta clasificación, existe otra más "técnica" que, basándose en el estado del ángulo de drenaje, define el glaucoma de ángulo abierto o ángulo estrecho/cerrado. Estas clasificaciones no se excluyen mutuamente, sino que se complementan.
Glaucoma Principal no tiene, como el propio término indica, ninguna otra causa y, por lo tanto, surge espontáneamente. Su etiopatogenia es decididamente compleja e implica también alteraciones anatómicas del ángulo de filtración, pero a menudo no está completamente definida. El glaucoma primario es definitivamente rara en el gato. mientras que es más frecuente en el perro, sobre todo en ciertas razas que muestran una predisposición reconocida a su desarrollo. Éstas son algunas de las razas más expuestas: Beagle, Caniche, Cocker spaniel, Husky siberiano, Samoyedo, Gran danés y muchas otras. El glaucoma primario afecta generalmente a sujetos de mediana edad, entre los 3 y los 12 años. Esto nos indica claramente que, aunque probablemente ligada en parte a alteraciones anatómicas hereditarias, la patología no se resuelve exclusivamente en ellos, sino que tiene un origen más complejo y, como decíamos, no siempre del todo esclarecido. Clásicamente, el glaucoma primario afecta a ambos ojos, aunque puede no ocurrir simultáneamente, presentando síntomas el segundo ojo hasta 12 meses después del primero. Esto reitera la importancia de consultar a un oftalmólogo veterinario lo antes posible: aunque el "primer" ojo esté ya irremediablemente ciego, todavía se puede hacer mucho por el otro.
Glaucoma secundarioEl glaucoma secundario, por otro lado, no tiene una base genética o hereditaria, sino que se manifiesta como resultado de patologías oculares como traumatismos, inflamación (uveítis), luxación del cristalino o tumores intraoculares que conducen mecánicamente a una obstrucción del flujo acuoso y/o a un cierre del ángulo filtrante. En los gatos, el glaucoma secundario es con diferencia la forma más común.
También existe una forma de glaucoma "congénito", afortunadamente poco frecuente, relacionada con graves malformaciones oculares presentes desde el nacimiento y que se dan en cachorros muy jóvenes.
¿Cuáles son los síntomas del glaucoma?
El glaucoma es una enfermedad que afecta a todo el ojo y puede manifestarse con los siguientes signos clínicos:
- EnrojecimientoCausada por la congestión de los vasos venosos de la esclerótica (el "blanco" del ojo alrededor de la córnea aparecerá congestionado).
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Perro con glaucoma crónico Opacidad corneal. El aumento de la presión intraocular puede dañar el endotelio, la capa más interna de la córnea (el "cristal" transparente de la parte frontal del ojo). Como consecuencia, puede producirse un edema, que hará que la córnea aparezca azulada, el famoso color "glauco" del que deriva el nombre de la enfermedad.
- Dolor. En perros y gatos puede no ser inmediatamente reconocible, pero puede ser muy intenso. Los pacientes humanos con glaucoma informan de dolores de cabeza feroces a veces insoportables. Dependiendo del temperamento básico, nuestro paciente animal puede estar extremadamente deprimido o particularmente reactivo/agresivo, mostrando especial impaciencia cuando se le toca alrededor del ojo. No olvidemos que los perros y los gatos no pueden hablar entre sí, por lo que nunca debemos subestimar los cambios repentinos en el comportamiento de nuestra mascota. Y cuando, como comentaremos más adelante, la situación clínica sea extrema y requiera la extirpación del ojo, no olvidemos nunca que los propietarios suelen informar de una mejora extrema en la calidad de vida del paciente tras la cirugía de extirpación del ojo glaucomatoso (enucleación).
- Discapacidad visual o ceguera repentina. El notable aumento de la presión intraocular provoca un importante sufrimiento de la retina y el nervio óptico, lo que reduce la capacidad visual hasta el punto de provocar ceguera total. Contrariamente a lo que se pueda creer, refiriéndonos a los humanos, no es fácil darse cuenta de la ceguera (sobre todo si es de un solo ojo) en nuestros animales de compañía. Especialmente en un entorno doméstico, perros y gatos suelen ser capaces de orientarse muy bien sin la ayuda de la vista. Tal vez sólo nos demos cuenta de su reducida capacidad visual al cambiar la posición de objetos/movimientos en su recorrido habitual,
- Aumento del volumen ocular. El fuerte aumento de la presión puede provocar la dilatación de las fibras de colágeno de la esclerótica y la córnea, lo que conduce a un aumento del tamaño del ojo (buftalmos). Este signo no es precoz y suele manifestarse en el curso de un glaucoma crónico (es decir, muy avanzado) o en sujetos muy jóvenes.
- Dilatación pupilar. En las primeras fases puede estar moderadamente dilatada y seguir respondiendo a la luz, aunque de forma incompleta. A medida que la enfermedad progresa o en casos agudos con una presión muy alta, la pupila se dilata completamente y no responde a la luz. El propietario tendrá la impresión de que ya no puede ver el color del ojo o de que éste es "más negro".
- Dislocación de la lente. El cristalino puede desplazarse de su posición anatómica (detrás del iris, inmediatamente delante del vítreo) debido al aumento de volumen del ojo, lo que provoca la rotura de las fibras que lo sujetan. También puede ocurrir lo contrario, es decir, que el cristalino desplazado (por predisposición genética, traumatismo, uveítis crónica) sea la causa del glaucoma.
En los siguientes episodios, profundizaremos en aspectos relacionados con el diagnóstico correcto y la terapia más adecuada para tratar el glaucoma en nuestros amigos de cuatro patas.
Daniele Santillo
Dr. Daniele Santillo
Med Vet, CertVOphthal, MRCVS
RCVS Profesional Avanzado en Oftalmología Veterinaria
Arezzo - CV corto de Santillo
En esta sección:
- Enfoque: oftalmología veterinaria
- El ojo opaco: no sólo cataratas...
- Sospecha de glaucoma: ¡no hay tiempo que perder!
- Glaucoma: cuando la terapia médica no funciona...