Una escritura casi ilegible y desordenada puede clasificarse erróneamente como disgrafía, pero puede deberse más bien a problemas en el aprendizaje de la escritura a mano, sobre los que es muy importante intervenir.
La disgrafía es un trastorno específico del aprendizaje (T.E.A.), que se manifiesta con una mala caligrafía y hace que la escritura sea más o menos ilegible, ya que es desordenada, extendida fuera de los márgenes, con trazos segmentados, con uso frecuente de letra de imprenta en lugar de cursiva. En algunos casos, sin embargo, este trastorno puede diagnosticarse erróneamente, porque se está, en realidad, ante una "falsa disgrafía", que deriva de una falta o inadecuada educación del gesto grafomotor, base del aprendizaje de la escritura manual.
Un cribado realizado por Optoclinic, un estudio oftalmológico-optométrico de Pisa, a 470 alumnos de primaria de Pisa que formaban parte del proyecto "Visión y postura en la escuela", demostró que 95% de ellos tenían una postura de escritura incorrecta y 62% presentaban anomalías visuales asociadas a ella. Se reveló que, en estas condiciones, los cuadernos se giraban hasta 90° para poder ver lo que se escribía, poniendo en marcha una serie de compensaciones visuales y posturales perjudiciales para el aparato implicado.
Hay que tener en cuenta que las posturas sentadas disfuncionales prolongadas dan lugar a paramorfismos que son especialmente perjudiciales en quienes aún no han alcanzado la madurez en el desarrollo óseo porque, si no se reeducan, con el tiempo se convierten en disformismos, es decir, en alteraciones estructurales irreversibles.
La falsa disgrafía puede corregirse totalmente mediante la intervención de profesionales especializados, como ortópticos, optometristas, posturologistas, logopedas y pedagogos.
Entre las publicaciones más recientes sobre este tema figura el volumen de 2023 "Falsa disgrafía y vicios visuoposturales conexos" de la Dra. Coralie Delliponti (Fabiano Gruppo Editoriale), con una sección dedicada a la neurooftalmología a cargo del Dr. Valerio Lupi, oftalmólogo.