La microbiota y el ojo - Parte I

Microbiota y microbioma
- Son dos términos que se repiten cada vez con más frecuencia tanto en las revistas científicas como en las publicaciones de divulgación dedicadas a la salud y el bienestar del organismo. A veces se utilizan como sinónimos aunque, desde un punto de vista estrictamente científico, tienen significados diferentes.
En microbiota indica la población, del orden de algunos miles de millones, de microorganismos (arqueas, bacterias, levaduras, virus, hongos), presentes en todo nuestro cuerpo, en la dermis y en todas nuestras cavidades y que, en el justo equilibrio entre eubionti (microorganismos con acciones beneficiosas) y pataletas (microorganismos causantes de enfermedades), son necesarios para nuestro bienestar.
Por el término microbioma indica, por otra parte, la totalidad del patrimonio genético que posee la microbiota, es decir, los genes que es capaz de expresar.

Las funciones de la microbiota
Los microorganismos de la microbiota intestinal nos ayudan a asimilar los alimentos, nos protegen de muchas enfermedades y producen sustancias muy útiles para nuestro metabolismo, como vitaminas, entre ellas la vitamina D, ácidos grasos de cadena corta (AGCC), algunas hormonas y neurotransmisores.
Hoy en día, la microbiota intestinal es una importante diana terapéutica para muchas enfermedades inflamatorias, autoinmunes, neurodegenerativas y muchas otras que los estudios científicos están identificando progresivamente.
La composición de la microbiota individual, y de la microbiota intestinal en particular, se ve influida por el embarazo, el parto natural o por cesárea, la lactancia materna o artificial, el destete, una higiene excesiva, el estrés, el ejercicio, las terapias farmacológicas y, sobre todo, la dieta.
En referencia a las drogas, es muy importante destacar que antibióticosAunque impiden la proliferación de patógenos y el desarrollo de enfermedades infecciosas, también socavan la población bacteriana normal, que reside principalmente en el intestino, donde desempeña un papel clave en el mantenimiento de la salud del organismo huésped.
Sin embargo, es la dieta la que ejerce una de las principales influencias en el equilibrio de la microbiota, ya que la dieta es una fuente de nutrientes esenciales para el organismo humano, no sólo para apoyar el crecimiento y las funciones vitales y reproductivas, sino también para modular y apoyar las diversas comunidades microbianas y, en particular, la microbiota intestinal.
La elección de un tipo de alimento, sus características de calidad e incluso su origen moldean nuestra microbiota intestinal, influyen en su composición y función y repercuten en las interacciones entre el huésped y los microbios.
En particular Dieta mediterránea, MedDiet (Dieta Mediterránea), tiene un alto potencial prebióticoya que incluye un alto consumo de legumbres, verduras, cereales integrales y fruta, los mismos hidratos de carbono "saludables", especialmente los no digeribles, como la fibra y el almidón resistente.
I prebióticos son, de hecho, sustancias no digeribles contenidas de forma natural en determinados alimentos -principalmente fibras hidrosolubles, no gelificantes, incluidos polisacáridos no amiláceos o betaglucanos, fructanos, oligofructosacáridos, inulinas lactitol, lactosacarosa, lactulosa, pirodextrinas, oligosacáridos de soja- que favorecen el crecimiento, en el colon, de una o varias especies bacterianas útiles para el desarrollo de la microflora probiótica.

Especificidad del microbioma ocular
En el ojo humano coexisten numerosos microhábitats bacterianoscuya composición refleja los niveles de exposición al ambiente exterior.
Los estudios, publicados en la literatura, han demostrado que el género más representado en la superficie ocular es el Corynebacteriumseguido de Staphylococcus, Streptococcus, Acinetobacter e Pseudomonas.
En concreto, un estudio publicado recientemente en La superficie ocularanalizó la estructura y distribución de las comunidades bacterianas en los distintos microhábitats del ojo humano para determinar sus similitudes y diferencias.
Los cuatro sitios oculares analizados fueron:
- tejido del margen del párpado de pacientes con anomalías en los párpados
- tejido Fórnix conjuntival y limbo de pacientes con pterigión
- almohadillas del superficie ocular (conjuntival)
- almohadillas del piel del rostro.
El estudio propuso una clasificación de la distribución bacteriana ocular en tres grupos:
Grupo 1formado por microorganismos que residen en la piel y el borde de los párpados y se desplazan desde allí a la superficie ocular, como indica la escasa abundancia relativa en este lugar. Los géneros pertenecientes a este grupo son Corynebacterium e Estafilococo. El primero estaba constantemente presente en la superficie externa de la piel, y su abundancia relativa disminuía progresivamente al pasar de la piel (12,2%), al margen del párpado (7,6%), a la superficie ocular (4,0%), pero raramente estaba presente en muestras de tejido conjuntival. Del mismo modo, Estafilococos, residente común de la piel, era abundante en la superficie cutánea (15,1%), disminuía en el margen del párpado (1,9%) y estaba presente en cantidades relativamente bajas en la superficie ocular (3,1%).
- Grupo 2formado por microorganismos localizados principalmente en la superficie ocular y detectados en niveles bajos en la piel, el borde del párpado y la conjuntiva. Los miembros de este grupo pueden ser adquiridos del aire o del agua y pueden ser capaces de sobrevivir en la superficie ocular, pero no en otras regiones del ojo. Acinetobacterse aisló en mayor abundancia relativa en la superficie ocular (12,3%) que en la piel (1,0%) y el borde del párpado (0,5%).
- Grupo 3formado por microorganismos presentes en la conjuntiva y en el interior del borde del párpado y que se encuentran de forma irregular y en abundancia relativamente baja en la piel y en la superficie ocular. A este grupo pertenece el género Pseudomonas. Sin embargo, no todos los miembros de este grupo mostraban la misma distribución; algunos estaban presentes de forma constante en la conjuntiva y el borde del párpado, otros eran más específicos de la conjuntiva y uno era específico del borde del párpado.

Los resultados de esta investigación son muy interesantes, ya que demostraron que los microorganismos del interior y el entorno del ojo están claramente organizados espacialmente y que esta biogeografía es representativa de un proceso de dispersión microbiana y selección ambiental.

Este artículo también puede descargarse como Ficha nº 5 - Microbiota parte 1.

 

Dr. Carmelo Chines
Director responsable

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