Viruela del mono

A mediados de agosto de 2024, cuando muchos de nosotros estábamos de vacaciones y haciendo turismo, la Organización Mundial de la Salud declaró la viruela del mono (mpox) emergencia de salud pública internacional debido a los riesgos de un brote en la República Democrática del Congo y otros países africanos. Se trata del nivel más alto de alerta según la legislación sanitaria internacional, declarado anteriormente sólo para la gripe porcina en 2009, la polio en 2014, el ébola en 2013 y de nuevo en 2019, el zika en 2016, el Covid en 2020 y el anterior brote de mpox en 2022. 

Viruela del mono 

La viruela del mono es una enfermedad vírica grave, que también puede provocar graves complicaciones oculares.
Es una infección "zoonótica"es decir, transmitida de los animales a los seres humanos, causada por el virus de la viruela del mono, perteneciente a la familia de la "viruela de los monos".Poxviridae", lo mismo que la viruela humana. 
Se identificó originalmente en monos en 1958, mientras que el primer caso en humanos se remonta a 1970. Es una enfermedad endémica en las regiones selváticas de África tropical central y occidental, mientras que el primer brote fuera de África se registró en 2003 en Estados Unidos y se debió a la importación de mamíferos infectados. En 2022, por primera vez, se notificaron numerosos brotes en los Estados miembros de la UE y en todo el mundo -en países no endémicos- que no podían atribuirse a viajes o a la importación de mamíferos. Por este motivo, entre el 23 de julio de 2022 y el 11 de mayo de 2023, la Organización Mundial de la Salud declaró por primera vez la viruela del mono emergencia de salud pública internacional (PHEIC -Emergencia pública de alcance internacional). 

 

Síntomas
En los seres humanos, la viruela del mono suele manifestarse con una combinación de los siguientes síntomas: fiebre, dolor de cabeza, emociones, fatiga, astenia, ganglios linfáticos agrandados, dolor de espalda, dolor muscular. Normalmente, entre uno y tres días después de la aparición de la fiebre, las lesiones cutáneas se convierten en ampollas, pústulas y costras.
La erupción aparece en el 95% de los pacientes y suele manifestarse con lesiones en las zonas ano-genitales, tronco, brazos, piernas, cara, palmas de las manos y plantas de los pies. En el 5% de los casos la manifestación de inicio pueden ser lesiones en la cavidad bucofaríngea. 

 

Diagnóstico 

Ante la presencia de síntomas se debe, en primer lugar, consultar al médico de cabecera lo antes posible y tomar medidas de autoaislamiento respecto a los convivientes, utilizando -en la medida de lo posible- un baño personal, así como no compartir ropa de cama y objetos. El paciente también debe evitar el contacto con animales domésticos, especialmente mamíferos. 

El diagnóstico de la viruela del mono es clínico y también se basa en pruebas de laboratorio, con pruebas de amplificación de ácidos nucleicos (PCR, PCR en tiempo real), genéricas para el orthopoxvirus (OPXV) y/o, específicas para el virus de la viruela del mono, realizadas a partir de ADN extraído de muestras biológicas. 

 

El contagio 

El contagio de animal a humano se produce por contacto físico con animales infectados, incluidos roedores y primates, mientras que la transmisión de persona a persona de la infección se produce por contacto con alguien que tenga una erupción de viruela símica, a través del contacto cara a cara, piel a piel, boca a boca o boca a piel, incluido el contacto sexual. 

La transmisión también puede producirse a través del contacto con objetos contaminados, como ropa, toallas, ropa de cama, aparatos electrónicos, superficies. 

El virus puede transmitirse durante el embarazo de la madre al feto o después del nacimiento a través del contacto piel con piel. 

Las personas con viruela del simio están infectadas y son contagiosas, desde el inicio de los síntomas prodrómicos y hasta que todas las lesiones se han convertido en costras y éstas se han caído, dejando paso a una nueva capa de piel debajo. 

 

Complicaciones oculares 

El virus mpox puede afectar a varios lugares anatómicos vulnerables, incluidos los ojos, que pueden requerir una atención especial y un tratamiento terapéutico específico. 

Las complicaciones oculares del mpox incluyen formas leves o graves de conjuntivitis, blefaritis, queratitis, úlceras corneales y abrasiones corneales. 

La afectación del sistema ocular en la viruela del mono es una emergencia que puede dañar gravemente la visión y que debe tratarse con urgencia, a pesar de que existen muy pocos datos sobre la eficacia de los tratamientos disponibles en la actualidad y los resultados de la infección. 

Si se sospecha una afectación ocular por el virus mpox, el paciente debe someterse a un examen oftalmológico lo antes posible y garantizar un seguimiento constante de su estado, especialmente si presenta cambios en la visión, dolor ocular o enrojecimiento creciente. 

Los hisopos tomados de las lesiones conjuntivales son una muestra apropiada para las pruebas RT-PCR y para confirmar tanto la presencia del virus mpox como la afectación conjuntival. Debe extremarse la precaución al tomar frotis, especialmente si hay úlceras corneales o lesiones muy dolorosas. 

El examen con lámpara de hendidura y la exploración fundoscópica pueden ser útiles para determinar el grado de afectación de las estructuras oculares anteriores (conjuntiva, córnea, iris) o posteriores (retina, nervio óptico, coroides). 

Un paciente con infección por mpox presunta o confirmada debe permanecer en una habitación individual con la puerta firmemente cerrada. En caso de traslado fuera de la habitación, debe utilizarse el equipo adecuado, incluidas mascarillas y vendas, sábanas y batas para cubrir las heridas. 

El personal sanitario que entre en contacto con el paciente debe llevar un equipo de protección completo que incluya, además de gafas y mascarillas protectoras, un respirador especial equipado con filtros N95 o superiores.  

 

Tratamiento  

Los síntomas de la viruela del mono pueden resolverse espontáneamente en 2-4 semanas, sin necesidad de tratamiento alguno. En caso necesario, se pueden administrar analgésicos y antipiréticos al paciente. 

En caso de complicaciones oculares, se recomienda una terapia antiviral sistémica con Tecovirimat (TPOXX), aprobado por AIFA en marzo de 2022 para el tratamiento de la viruela del mono, tras el dictamen favorable de la EMA en enero del mismo año. 

Datos farmacocinéticos precisos sobre los niveles de penetración del tecovirimat en la superficie ocular y las estructuras más profundas del ojo.  

El oftalmólogo también puede decidir administrar un tratamiento tópico con trifluridina para la conjuntivitis y la queratitis por virus mpox.  

 

Medidas de prevención 

En el caso de pacientes diagnosticados de mpox para reducir el riesgo de autoinoculación en el ojo, se recomienda lavarse las manos con mucha frecuencia. 

También puede adoptarse un tratamiento profiláctico con trifluridina tópica en el caso de pacientes con lesiones en los párpados, cerca de los ojos o en niños muy pequeños que no puedan cumplir las instrucciones sobre la higiene de las manos y evitar el contacto de éstas con los ojos. 

 Sobre el tema de las zoonosis, véase también:

Bibliografía
  • Abdelaal A, Serhan HA, Mahmoud MA, et al. Manifestaciones oftálmicas del virus de la viruela del mono. Eye (Lond)2022; :7-9. Disponible en: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/35896700. 
  • Thornhill JP, Barkati S, Walmsley S, et al. Monkeypox Virus Infection in Humans across 16 Countries - April-June 2022. N Engl J Med2022; 387:679-691. 
  • V Mazotta, A Mondi, F Carletti, et al. Afectación ocular en la viruela del mono: Descripción de una presentación inusual durante el brote actual. J Infectar2022; 17:1-3. 

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