El diagnóstico diferencial correcto es esencial para orientar al paciente con conjuntivitis vírica hacia el tratamiento más adecuado, para no arriesgarse al uso incorrecto de antibióticos.
Conjuntivitis: clasificación
La conjuntivitis es una inflamación muy común de la conjuntiva, que puede afectar a individuos de todas las edades.
La conjuntivitis es una de las enfermedades más frecuentes del segmento anterior del ojo.
Es una inflamación de la conjuntiva, la membrana mucosa transparente que recubre la porción anterior del globo ocular, con excepción de la córnea, y la pared interna de los párpados inferior y superior, hasta el margen del párpado.
La conjuntivitis puede estar causada por:
1) Agentes biológicos (bacterias, virus; micetos; parásitos);
2) de agentes físicos (por ejemplo, radiación ultravioleta o radiación térmica);
3) de agentes químicos (por ejemplo, cosméticos o medicamentos);
4) por factores ambientales (por ejemplo, humo o polvo).
También existen conjuntivitis alérgicas y/o inmunomediadas y conjuntivitis debidas a una alteración de la película lagrimal.
De los distintos tipos de conjuntivitis, la vírica es la más frecuente, representando hasta el 75% de los casos.
Conjuntivitis vírica
El adenovirus es la causa más frecuente de conjuntivitis vírica. Tiene numerosos serotipos diferentes, que pueden causar cuadros clínicos distintos. La transmisión del virus se produce por contacto directo entre personas, por vía aérea a través de gotitas de saliva o por instrumentos infectados. El periodo de incubación es de 5 a 12 días, la enfermedad de 5 a 15 días, y hay tres presentaciones típicas:
1. Conjuntivitis folicular aguda:
2. Fiebre faringoconjuntival
3. Queratoconjuntivitis epidémica:
Los síntomas de la conjuntivitis vírica incluyen:
- enrojecimiento
- Congestión de los vasos sanguíneos,
- secreción ocular
- dolor
- fotofobia
- pseudomembranas.
Tratamiento antibiótico
La prescripción de antibióticos en casos de conjuntivitis vírica representa uno de los mayores costes de cualquier sistema sanitario.
Por ejemplo, los porcentajes de pacientes con conjuntivitis infecciosa tratados con antibióticos en el Reino Unido varían entre 80% y 95%.
Se calcula que la mejora del diagnóstico de la conjuntivitis vírica ha reducido la prescripción inadecuada de antibióticos y ha ahorrado 430 millones de dólares al año en Estados Unidos.
Actualmente se están realizando estudios clínicos para evaluar tratamientos específicos de la conjuntivitis.viral.
Debido a la inespecificidad de los signos y síntomas de este tipo de conjuntivitis, es necesario realizar una anamnesis exhaustiva con exploración clínica, especialmente en pacientes con signos atípicos y un curso crónico.
Etiología de las conjuntivitis víricas
Las conjuntivitis víricas pueden estar causadas por adenovirus, herpesvirus y, como se ha visto recientemente, también pueden provocar ardor en los ojos debido a coronavirus como el SARS-CoV-2.
- Los adenovirus son virus de la familia Adenoviridae, con ADN de doble cadena y sin envoltura. Las infecciones más frecuentes asociadas a los adenovirus son las de las vías respiratorias superiores, las oculares y la diarrea infantil. La conjuntivitis vírica puede transmitirse por contacto directo con el virus, por vía aérea o por contacto con lugares que actúan como reservorios, como las piscinas.
- La conjuntivitis herpética es frecuente en adultos y niños y está asociada a la conjuntivitis folicular. Se estima que el virus del herpes simple (VHS) es responsable del 1,3-4,8% de los casos de conjuntivitis aguda.
- La varicela-zóster también puede causar conjuntivitis, por contacto directo con los ojos o lesiones cutáneas o por inhalación de partículas infectadas en aerosol, especialmente con afectación de la primera y segunda ramas del nervio trigémino.
- El picornavirus EV70 y la variante A24 del coxsackievirus (CA24v) son, por otra parte, los agentes patógenos responsables de la conjuntivitis hemorrágica aguda (AHC), una forma muy contagiosa de conjuntivitis vírica cuyos síntomas incluyen sensación de cuerpo extraño en el ojo, epífora, edema de párpados, quemosis conjuntival y hemorragia subconjuntival.
- Por último, se ha informado de que la cepa de coronavirus SARS-CoV-2 aislada recientemente también puede causar conjuntivitis. Estudios retrospectivos y prospectivos muestran que entre el 1% y el 6% de los pacientes presentan conjuntivitis relacionada con el COVID-19, con hisopos conjuntivales positivos en el 2,5% de los casos.
Tratamiento y gestión de la conjuntivitis vírica
El tratamiento de la conjuntivitis vírica tiene por objeto el alivio sintomático y no la erradicación de la infección, que suele ser autolimitada.
La conjuntivitis puede resolverse en tres semanas y el tratamiento incluye el uso de lágrimas artificiales para lubricar el ojo.
Las compresas frías con un paño húmedo en la zona ocular también pueden proporcionar alivio sintomático y tienen la ventaja de no constituir un tratamiento farmacológico.
El uso de yodo-povidona, un desinfectante no específico, es un nuevo tratamiento prometedor para la conjuntivitis adenoviral. Se trata de un antiséptico barato y ampliamente disponible, que se utiliza como parte de la preparación aséptica para la cirugía ocular. Es capaz de eliminar organismos extracelulares, pero no tiene efecto intracelular. Además, no induce farmacorresistencia porque su mecanismo de acción no es inmunológicamente dependiente.
El tratamiento con gotas antibióticas no es útil en casos de conjuntivitis vírica y, de hecho, puede aumentar potencialmente la resistencia bacteriana y la formación de pseudomembranas, que posteriormente requieren su extirpación para reducir las molestias y las cicatrices.
Prevención y educación de los pacientes
Además del tratamiento, es necesario prevenir la propagación de la infección al otro ojo o a otras personas, por lo que se debe educar al paciente para que practique una buena higiene de manos, lavándoselas con frecuencia, evitando compartir toallas o sábanas y evitando tocarse los ojos.
Como se ha visto, la gran mayoría de las conjuntivitis víricas están causadas por adenovirus y
El lavado de manos frecuente, la desinfección y el aislamiento de los pacientes con conjuntivitis pueden reducir la transmisión en la comunidad.
Las secuelas a largo plazo son raras, pero la conjuntivitis vírica crónica puede provocar una mala calidad de vida. En la mayoría de los casos, se necesitan de una a cuatro semanas para recuperarse sin tratamiento.
Las complicaciones no son frecuentes, pero pueden incluir ulceración corneal y queratitis punteada.
Véase también:
- Netilmicina/dexametasona en el tratamiento de la conjuntivitis - Oculist Italiano
- Tratamiento de la conjuntivitis neonatal por clamidia - Oculista Italiano
Dr. Carmelo Chines
Director responsable