Queratitis por Acanthamoeba (CA) es una infección ocular poco frecuente, pero con consecuencias potencialmente muy graves, que se da principalmente en usuarios de lentes de contacto. Otros factores de riesgo son la presencia de lesiones en la superficie de la córnea y la exposición a agua contaminada.1
Etiología
L'Acanthamoeba es un protozoo ubicuo de vida libre que puede encontrarse en el aire, el suelo, el polvo, el agua potable e incluso el agua de mar. Se presenta en dos formas: un quiste quiescente o silencioso y una forma infecciosa, denominada trofozoito.1
Factores de riesgo
La acanthamoeba puede entrar en el ojo por contacto directo con agua del grifo contaminada, pero también a través de las manos mojadas, o debido al uso de una solución polivalente ineficaz para desinfectar contra el parásito.
Los datos indican que los casos de AK están aumentando y se han producido algunos brotes en el
los últimos años, a menudo relacionados con un escaso poder desinfectante de los productos utilizados para el cuidado de la lentes de contacto.
La gran mayoría de los casos (aproximadamente 85%) de queratitis por Acanthamoeba se produce en usuarios de lentes de contactodebido a un uso incorrecto de las lentes, como: limpieza y almacenamiento inadecuados, uso nocturno y prolongado y otras prácticas incorrectas.
Sin embargo, la infección también puede producirse tras un traumatismo corneal, especialmente en entornos rurales.
Prevalencia
Se trata de una forma de queratitis con una prevalencia bastante baja (7 casos por 1.000.000 en Europa), pero que puede tener efectos devastadores en los pacientes, ya que puede causar un dolor intenso y, si no se trata eficazmente, un deterioro significativo de la visión, hasta la ceguera, y la perforación de la córnea.
Características de la infección
Cuando infecta la córnea, Acanthamoeba se une, en primer lugar, a las células epiteliales de la córnea a través de una proteína, denominada proteína de unión, la manosa. Esta unión hace que el protozoo secrete moléculas específicas (metaloproteasas, proteinasas de serina y cisteína,) que tienen efectos tóxicos sobre las células epiteliales de la córnea y los queratocitos. La secreción de estas moléculas permite la penetración del trofozoito en la córnea. Acanthamoeba. Si la infección no se diagnostica y trata adecuadamente, también puede migrar a lo largo de los nervios corneales y dañarlos.1
Síntomas y signos clínicos
En el caso de CA, el síntomas más comunes son similares a los de otras infecciones oculares: dolor intenso, enrojecimiento e irritación ocular, alteraciones visuales, hipersensibilidad a la luz y lagrimeo excesivo. Estos síntomas pueden persistir durante varias semanas.
I signos clínicos de la AC son variadas y van desde alteraciones epiteliales (por ejemplo, microerosiones epiteliales y microquistes) hasta la presencia de distintos tipos de infiltrados (por ejemplo, infiltrados estromales multifocales e infiltrado perineurial periférico).
La infección corneal por Acanthamoeba también puede dar lugar a la aparición de complicaciones, algunas comunes (sinequias anteriores de base amplia, glaucoma secundario, atrofia del iris, catarata por defecto endotelial maduro persistente), mientras que otras son más raras (uveítis anterior estéril, escleritis, coriorretinitis y vasculitis retiniana).
Precisamente porque muchos de los signos y síntomas que presentan los enfermos con esta infección pueden parecer similares a los debidos a otros tipos de queratitis, la AC puede diagnosticarse erróneamente y tratarse como otros tipos de queratitis (herpética, bacteriana o fúngica). Este retraso en el diagnóstico, así como el uso de un tratamiento inadecuado, repercute negativamente en la evolución clínica del paciente.
Diagnóstico
Desgraciadamente, el queratitis por Acanthamoeba es difícil de diagnosticar y puede tratarse incorrectamente, ya que los síntomas que induce son muy similares a los de la queratitis herpética, bacteriana o fúngica.1
En caso de signos clínicos de AC, el oftalmólogo realizará algunos o todos los exámenes siguientes:
- análisis molecular de raspados cornealesTiene una sensibilidad muy alta y puede dar un resultado en 60 minutos. Sin embargo, esta prueba puede tener el inconveniente de que incluso la presencia de material genético de un microorganismo no vivo puede dar un resultado positivo.
- microscopía confocal in vivo: tiene una mayor sensibilidad que el 90% cuando lo realizan expertos; sin embargo, con este método sólo se detectan quistes de Acanthamoeba son bien reconocibles
- cultivo in vitro: tiene una sensibilidad variable y presenta el inconveniente de dar resultados al cabo de 3 semanas
- análisis histopatológico: tiene una sensibilidad discreta y se pueden analizar raspados de córnea o escisiones o tejido extirpado de queratoplastia.
Tratamiento de la queratitis por Acanthamoeba
En la actualidad, no existe ningún medicamento autorizado en ningún país para el tratamiento de la queratitis por Acanthamoeba. Un tratamiento eficaz debería permitir erradicar del organismo tanto la forma enquistada resistente a los biocidas como los trofozoítos, que son mucho más sensibles al tratamiento.2
Terapia médica
La terapia más utilizada hasta la fecha se basa en la diamidina y la biguanida, a menudo utilizadas en combinación.
También se utilizan otros fármacos inespecíficos, como antibióticos (para reducir la presencia de trofozoítos y evitar la sobreinfección bacteriana), esteroides (que, sin embargo, favorecen la enquistamiento y pueden provocar un aumento del número de trofozoítos) y antifúngicos.1
Sin embargo, las recomendaciones actuales de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU. y del Real Colegio de Oftalmólogos del Reino Unido recomiendan el tratamiento con colirios de polihexanida (0,02%) o clorhexidina 0,02%, como monoterapia o añadiendo una diamidina.2
Perspectivas del tratamiento con polihexanida
La aprobación del tratamiento con polihexanida permitiría por fin disponer de un tratamiento específico para la queratitis por Acanthamoeba.2
De hecho, el tratamiento con polihexanida se encuentra en fase de estudio: por el momento, se ha evaluado su perfil de eficacia y seguridad en concentraciones de 0,04%, 0,06% y 0,08%.2
En particular, se ha demostrado la eficacia de la polihexanida tanto en monoterapia como en las combinaciones polihexanida + diamidina, polihexanida + clorhexidina + diamidina.2
Un estudio reciente ha demostrado que la monoterapia con polihexanida, incluida la concentración de 0,08% (la más alta de las probadas) no sólo es eficaz sino que, al ser más fácil de usar y menos costosa que la terapia combinada con diamidina, podría utilizarse como tratamiento de primera línea para la Acanthamoeba.3
Estos resultados están respaldados por pruebas de que la monoterapia con polihexanida, administrada como terapia inicial tras el diagnóstico, se asoció tanto a mejores tasas de curación a lo largo de 12 meses como a mejores resultados visuales en comparación con los pacientes tratados con otros fármacos.2
Tratamiento quirúrgico
La abrasión epitelial quirúrgica de la córnea tiene una función tanto diagnóstica como terapéutica, ya que permite eliminar microorganismos y una mejor penetración de los fármacos tópicos. Si el tratamiento tópico no mejora los síntomas, puede realizarse crioterapia corneal, trasplante de membrana amniótica o queratoplastia penetrante.1
La crioterapia corneal es un tratamiento coadyuvante de la terapia tópica. En cambio, el trasplante de membrana amniótica se practica en caso de defectos epiteliales.1
Por último, la terapia fotodinámica puede ser una opción de tratamiento alternativa en las queratitis infecciosas resistentes a la terapia.1
En caso de expansión de la queratitis por Acanthamoeba en dirección a la unión esclero-corneal, es necesario intervenir con una queratoplastia. En las úlceras corneales perforadas, se realiza una queratoplastia con láser excimer para eliminar la zona corneal infectada.1
