La oftalmia neonatal, o conjuntivitis neonatal, es una conjuntivitis mucopurulenta aguda que se produce en los primeros 28 días de vida y la Chlamydia puede estar entre las causas más frecuentes.
Las causas
Esta forma de conjuntivitis es una afección patológica relativamente frecuente que puede estar causada por sustancias químicas, bacterias o virus.
La oftalmia neonatal afecta a entre 1,6% y 12% de todos los recién nacidos y hasta a 23% de los recién nacidos en los países en desarrollo.1
Las causas y síntomas de la oftalmia neonatal pueden clasificarse en no infecciosas e infecciosas.1
Conjuntivitis por Chlamydia trachomatis
La Chlamydia trachomatis es la causa más frecuente de conjuntivitis neonatal infecciosa, y representa entre el 2% y el 40% de los casos.1
La Clamidia es la infección bacteriana de transmisión sexual más común en el mundo. La incidencia mundial estimada de la infección es de aproximadamente 131 millones de nuevos casos al año.
Aunque el Chlamydia trachomatis suele afectar a adultos sexualmente activos, puede ser transmitida a los lactantes por la madre infectada durante el parto.
Aproximadamente el 30-50% de los niños nacidos de una madre con Chlamydia activa desarrollarán conjuntivitis neonatal.2
Características
Conjuntivitis neonatal causada por Chlamydia trachomatis es una infección aguda de la conjuntiva caracterizada por eritema, hinchazón y edema de los párpados y la conjuntiva palpebral y secreción ocular purulenta. Suele aparecer entre 5 y 14 días después del nacimiento.2
Aunque suele ser una enfermedad leve, pueden producirse complicaciones como la cicatrización de la córnea o la conjuntiva si no se trata a tiempo.
Además, hasta 20% de los lactantes expuestos a Chlamydia durante el parto pueden desarrollar neumonía y en aproximadamente 50% de ellos hay evidencia de conjuntivitis previa.2
La oftalmia neonatal también sigue siendo una de las principales causas de ceguera, sobre todo en los países en desarrollo.1
Enfoques terapéuticos
Para el tratamiento de lactantes con conjuntivitis por Chlamydia trachomatisLas directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para las enfermedades de transmisión sexual recomiendan el uso de azitromicina en formulación oral, 20mg/kg/día, una dosis al día durante 3 días.3
Se prefiere la azitromicina a la eritromicina debido al riesgo potencial de acontecimientos adversos graves (como la estenosis pilórica) en los lactantes tratados con eritromicina.3
Profilaxis para la prevención de la conjuntivitis neonatal
Debido a las posibles complicaciones asociadas a la oftalmia neonatal, muchos países han implantado la profilaxis sistemática o el tratamiento preventivo de la conjuntivitis neonatal.1
Los agentes utilizados actualmente en la prevención de la oftalmia neonatal incluyen1:
- 1% nitrato de plata para uso tópico
- targesina (un compuesto de plata y proteínas)
- tetraciclina en 1%
- antibióticos macrólidos tópicos, como eritromicina 0,5% o azitromicina
- aminoglucósidos tópicos, incluidas la gentamicina y la tobramicina
- cloranfenicol
- fluoroquinolonas, incluida la ciprofloxacina
- yodopovidona a 1,25% o 2,5%
- ácido fusídico
Cribado neonatal
Varios países de ingresos altos han abandonado la profilaxis ocular neonatal y la han sustituido por el cribado prenatal rutinario y el tratamiento de las madres con una infección de transmisión sexual, lo que ha dado lugar a una disminución de la incidencia de las infecciones neonatales por clamidia y gonorrea.2
No obstante, las directrices de la OMS para las enfermedades de transmisión sexual recomiendan la profilaxis ocular tópica para la prevención de la conjuntivitis gonocócica y por Chlamydia neonatal en todos los recién nacidos, teniendo en cuenta también los síntomas de la conjuntivitis.3
Directrices de la OMS
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los casos individuales o esporádicos de inflamación tracomatosa folicular se traten por vía tópica. La OMS también recomienda el tratamiento tópico en caso de inflamación tracomatosa intensa, pero debe considerarse la posibilidad de un tratamiento sistémico. Las cicatrices tracomatosas por sí solas no requieren tratamiento hasta que progresan y causan triquiasis tracomatosa.
Tratamiento sistémico
Para el tratamiento sistémico, una dosis oral única de azitromicina 20 mg/kg (máximo 1 g) es eficaz de 78 a 95%. Como beneficio adicional, el uso de azitromicina oral se ha asociado a una reducción significativa de la mortalidad infantil global. Las alternativas incluyen eritromicina 500 mg 2 veces/día durante 14 días o doxiciclina 100 mg 2 veces/día durante 10 días (no utilizar en mujeres embarazadas o lactantes ni en niños menores de 8 años).
Tratamiento tópico
Para el tratamiento tópico, puede utilizarse la pomada de tetraciclina 1% en ambos ojos 2 veces al día durante 6 semanas.
Tratamiento quirúrgico
La OMS recomienda la cirugía de párpados para la triquiasis tracomatosa. Si la opacidad corneal ha progresado a la córnea central, se considera el estadio de ceguera irreversible e intratable. En las naciones ricas en recursos se recomienda una trasplante de córnea puede devolver la vista. El procedimiento es complejo, y la necesidad de cuidados frecuentes e intensivos tras el tratamiento para prevenir el rechazo y la infección hace que el trasplante de córnea sea inviable para muchos pacientes en la mayoría de los países con recursos limitados.
Sobre problemas oculares pediátricos, véase también:
- Clamidia ocular y terapia antibiótica - Oculista Italiano
- Retinopatía del prematuro (ROP) - Oculista Italiano
- Contrarrestar el mal desarrollo visual de los niños - Oculista Italiano
- Actualización sobre la conjuntivitis neonatal - Oculista Italiano
- 1) Snježana Kaštelan et al, Una encuesta sobre el tratamiento profiláctico actual para la oftalmia neonatorum en Croacia y una revisión de las prácticas preventivas internacionales, Med Sci Monit, . 2018 Nov 10;24:8042-8047. doi: 10.12659/MSM.910705.
- 2) Andrew Zikic et al, Tratamiento de la conjuntivitis clamidial neonatal: una revisión sistemática y metaanálisis, J Pediatric Infect Dis Soc, . 2018 Aug 17;7(3):e107-e115. doi: 10.1093/jpids/piy060.
- 3) Directrices de la OMS para el tratamiento de Chlamydia trachomatis 2016