ROP y anti-VEGF

Resultados prometedores y efectos secundarios limitados.

En el 33º Congreso de la ASRS (American Society of Retina Specialists), celebrado en Viena del 10 al 14 de julio de 2015, se presentaron los datos de un estudio a largo plazo que demostraron un buen perfil de seguridad en el uso intravítreo de bevacizumab para el tratamiento de la retinopatía del prematuro (ROP, por sus siglas en inglés) en recién nacidos prematuros.
El estudio, de 9 años de duración, se llevó a cabo en México, Chile e India, y se centró en la aparición de efectos secundarios y sistémicos. Se examinaron 418 ojos de 262 lactantes. El peso medio al nacer fue de 1,338 kg (oscilando entre 600 g y 1,8 kg), la edad media al nacer fue de 30 semanas y la edad media al inicio del tratamiento fue de 36 semanas.
La Dra. María Martínez-Castellanos declaró que se habían notificado 47 acontecimientos adversos sistémicos, incluidos tres fallecimientos no relacionados con el tratamiento con bevacizumab: el primero se debió a una infección, el segundo a una operación cerebral y el último a una transfusión de sangre.
Veintidós lactantes presentaron retraso del desarrollo psicomotor, seis síndrome de dificultad respiratoria y nueve hemorragia intraventricular.
Se notificaron 73 acontecimientos adversos locales, que incluían 68 ojos con hemorragias subconjuntivales, 14 ojos con una situación avascular persistente en la periferia retiniana, seis ojos con una hemorragia vítrea autolimitada, tres ojos con una membrana fibrosa avascular periférica, un ojo con una hemorragia subretiniana y un ojo con un desprendimiento de retina regmatógeno.
Como señaló la Dra. Martínez-Castellanos, la mayoría de los efectos adversos se debieron a la técnica de administración (la inyección intravítrea) o a enfermedades preexistentes. De hecho, en los casos en que la retina ya estaba parcialmente desprendida, se desprendió aún más. En cuanto a los acontecimientos sistémicos, no es posible afirmar con certeza si están relacionados con el bevacizumab o con la prematuridad per se.
Estos datos reconfortantes deben leerse junto con la publicación en BMC Ophthalmology de marzo de un estudio que confirmó la eficacia de la terapia intravítrea con ranibizumab en el tratamiento de la RP estadio III plus.
La retinopatía del prematuro en estadio III se caracteriza por el desarrollo de vasos sanguíneos anormales en la retina, que crecen hacia el interior del ojo y no en la superficie retiniana, como sería normal. Algunos niños con retinopatía del prematuro en estadio III mejoran espontáneamente, sin tratamiento, y acaban desarrollando normalmente la función visual. Cuando, por el contrario, la condición de prematuro evoluciona hacia la "enfermedad plus", los vasos sanguíneos retinianos se hacen más grandes y más enrevesados, lo que se asocia a un agravamiento de la enfermedad. En estos casos, la intervención terapéutica tiene muchas posibilidades de prevenir el desprendimiento de retina. En este estudio, se notificó un caso de infección de las vías respiratorias superiores con sospecha de nasofaringitis como efecto secundario del ranibizumab. Además, se notificó como complicación frecuente una elevación de la presión introcular tras la inyección intravítrea.
Otros estudios futuros podrían ofrecer indicaciones aún más claras y definitivas sobre la seguridad y eficacia de los anti-VEGF en el tratamiento de la retinopatía del prematuro.

Dr. Carmelo Chines
Director responsable

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