La diabetes de tipo 2 (T2D) es una auténtica pandemia silenciosa: en todo el mundo, sólo en las dos últimas décadas, el número de personas afectadas ha pasado de 150 millones a más de 350 millones. La DMT2 representa actualmente una de las principales causas de ceguera en adultos, debido a sus principales complicaciones oculares: la retinopatía diabética y el edema macular diabético.
La prevención y el diagnóstico precoz podrían ser estrategias ganadoras, pero lamentablemente aún se dispone de pocos datos sobre el grupo pediátrico diana de niños y jóvenes con T2D y sus problemas visuales, en particular la retinopatía diabética.
En 2023 se publicó la revisión sistemática Prevalencia global de la retinopatía diabética en la diabetes pediátrica de tipo 2: revisión sistemática y metaanálisis con el objetivo de determinar la prevalencia global de la retinopatía diabética en pacientes pediátricos con T2D. También se tuvieron en cuenta factores influyentes como la duración de la enfermedad, el sexo, la raza, la edad, los niveles de hemoglobina glucosilada (HbA1c) y la presencia de obesidad e hipertensión.
Factores de riesgo
L'obesidadcada vez más extendida y precoz, es un factor causal primario que determina el crecimiento global de la T2D en niños y adolescentes en los que la diabetes se manifiesta como una patología más agresiva en comparación con los adultos, con comorbilidades y complicaciones precoces como hipertensión, nefropatía, síndrome de ovario poliquístico y dislipidemia.
En los pacientes pediátricos, la retinopatía diabética representa la principal complicación que puede causar ceguera en la edad adulta, a través de una secuencia de acontecimientos concatenados en los que la hiperglucemia aumenta la permeabilidad vascular y puede conducir a la oclusión capilar, dando lugar a la aparición de una retinopatía diabética no proliferativa. Esta fase inicial puede ir seguida de una fase caracterizada por la formación de neovasos sanguíneos, típica de la retinopatía diabética proliferativa. También puede desarrollarse un edema macular con acumulación de líquido en la zona macular y el consiguiente impacto en la visión central.
Por lo general, los niños desarrollan la T2D muy pronto y, como resultado, se encuentran viviendo con diabetes durante varias décadas y la duración prolongada de enfermedad sistémica es un factor de mayor riesgo de desarrollar retinopatía diabética en etapas posteriores de la vida y, en última instancia, ceguera si la retinopatía no se diagnostica y trata adecuadamente. Lamentablemente, aunque las directrices actuales recomiendan el cribado para el diagnóstico precoz de la retinopatía diabética en jóvenes con T2D, la cifra global de retinopatía diabética pediátrica aún no se ha cuantificado por completo.
Tendencias epidemiológicas
La revisión sistemática que acabamos de mencionar recogió datos de 27 estudios observacionales disponibles en la literatura, en los que participaron un total de 5.924 pacientes pediátricos con T2D. Se observó que la prevalencia global de retinopatía diabética era del 6,99% y que este porcentaje aumenta significativamente después de los primeros 5 años tras el diagnóstico.
Según los datos actuales, aproximadamente 1 de cada 14 niños o adolescentes con T2D desarrolla retinopatía diabética a los pocos años del diagnóstico. Afortunadamente, la mayoría de los pacientes jóvenes observados presentan una forma leve o mínima de retinopatía diabética no proliferativa, y sólo una pequeña minoría desarrolla una forma grave de retinopatía diabética proliferativa o edema macular, que puede provocar una discapacidad visual grave y una pérdida de visión potencialmente irreversible.
Si comparamos estos resultados con los datos relativos a los adultos con T2D, vemos que entre 21% y 39% de los pacientes ya tienen retinopatía cuando se les diagnostica diabetes por primera vez, y que este porcentaje va a aumentar a partir de entonces. Así pues, el diagnóstico precoz resulta ser un factor decisivo para combatir las complicaciones de la diabetes.
La hiperglucemia puede provocar anomalías estructurales y funcionales de la retina en pacientes con T2D tan pronto como 2 años después del diagnóstico. Además, los adolescentes con T2D presentan un menor grosor retiniano y una mayor dilatación venular retiniana en comparación con los pacientes no diabéticos.
Estos datos subrayan la importancia de cribado dirigido a la detección precoz de la retinopatía diabética en pacientes pediátricos con T2D para prevenir la ceguera y la baja visión.
Los beneficios de la identificación precoz de la retinopatía diabética incluyen una mayor atención a la mejora del control glucémico para minimizar las complicaciones microvasculares y un estrecho seguimiento de la presión arterial, que ya han demostrado ser parámetros cruciales tanto en adultos como en pacientes pediátricos con diabetes de tipo 1.
Métodos de cribado
El método utilizado para el cribado tiene importantes implicaciones a la hora de determinar la tasa de prevalencia de la retinopatía diabética y también explica cierta heterogeneidad entre los distintos estudios. Con diferencia, la fotografía estereoscópica de fondo de ojo de 7 campos es el método de referencia y se prefiere a la fundoscopia, que es compleja de realizar en pacientes pediátricos. En comparación con la fotografía estereoscópica de fondo de ojo de 7 campos, la fundoscopia indirecta tiene una sensibilidad de 76% y una especificidad de 95%.
La fotografía del fondo del ojo requiere equipos específicos y personal altamente cualificado para adquirir las imágenes y realizar el análisis. Estas tecnologías pueden no ser accesibles en los países de ingresos bajos y medios, donde las tasas de T2D están aumentando rápidamente, y esta desigualdad en el acceso a la atención sanitaria repercute en la adherencia y la generalizabilidad de las directrices de cribado.
Las nuevas tecnologías, y en particular las aplicaciones de la inteligencia artificial (IA), como algunos equipos de bajo coste, la clasificación automatizada de las imágenes retinianas y la consulta virtual con especialistas, podrían ofrecer la oportunidad de un acceso más justo. Se ha demostrado que los sistemas automatizados de detección basados en la inteligencia artificial tienen una sensibilidad de 87% y una especificidad de 79,3% en el diagnóstico de la retinopatía diabética en pacientes jóvenes. El uso de estos instrumentos aún no se ha aprobado en niños, pero podría representar una solución muy prometedora, ya que no requiere la supervisión directa de oftalmólogos y, por tanto, puede utilizarse en entornos en los que faltan estos especialistas.
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- Cioana M, Deng J, Nadarajah A, et al. Global Prevalence of Diabetic Retinopathy in Paediatric Type 2 Diabetes: A Systematic Review and Meta-analysis. JAMA Netw Open. 2023 Mar 1;6(3):e231887. doi: 10.1001/jamanetworkopen.2023.1887
- Samaan MC, Cioana M, Banfield L, et al. La prevalencia de comorbilidades en la diabetes mellitus tipo 2 pediátrica: una revisión sistemática. Registro prospectivo internacional de revisiones sistemáticas (PROSPERO) identificador: CRD42018091127. 19 de marzo de 2018. Consultado el 30 de enero de 2023. http://www.crd.york.ac.uk/PROSPERO/display_record.php?ID=CRD42018091127
- Cioana M, Deng J, Nadarajah A, et al. La prevalencia de la obesidad entre los niños con diabetes tipo 2: una revisión sistemática y meta-análisis. JAMA Netw Open. 2022;5(12):e2247186. doi: 10.1001/jamanetworkopen.2022.47186.