En diabetes gestacional se caracteriza por un nivel elevado de glucosa en sangre, que se produce durante el embarazo y suele desaparecer tras el parto. Puede producirse en cualquier momento durante embarazoaunque es más frecuente en el segundo o tercer trimestre, y se debe a una falta de insulina en la sangre. La insulina, de hecho, es una hormona que ayuda a controlar los niveles de azúcar en el torrente sanguíneo. La diabetes gestacional puede causar problemas a la madre y al bebé, tanto durante el embarazo como después del parto, y entre sus posibles consecuencias está el desarrollo de retinopatía diabética (RD) o el empeoramiento de una RD ya existente.
En los años setenta, la retinopatía diabética proliferativa (RDP) se consideraba una indicación para interrumpir el embarazo. Sin embargo, hoy en día, con la llegada de los procedimientos de cribado y los avances en el tratamiento de la diabetes gestacional, las mujeres pueden continuar su embarazo con un buen control y excelentes resultados tanto para la madre como para el bebé.
Características de la retinopatía diabética en el embarazo
La incidencia de RD en el embarazo depende en gran medida de la duración y el control de la diabetes y de la presencia de factores de riesgo como hiperglucemia, hipertensión, dislipidemia y nefropatía, que pueden acelerar la progresión de la retinopatía. En cambio, se sabe que en las mujeres con diabetes mellitus preexistente, el embarazo se asocia a un empeoramiento de la RD. A medida que la prevalencia de la diabetes mellitus tipo 1 (DMT1) y la diabetes mellitus tipo 2 (DMT2) ha aumentado en todo el mundo, también lo ha hecho la incidencia de la ER en el embarazo, que es de aproximadamente 63% en la DMT1 y 14% en la DMT2. Por lo general, los efectos adversos del embarazo sobre la retina se producen al final del segundo trimestre y remiten tras el parto, pero algunos casos más graves pueden persistir en el primer año posparto.
¿Cuáles son los factores de riesgo?
Los factores de riesgo que pueden influir en el desarrollo y la progresión de la RD durante el embarazo son un mal control glucémico durante la gestación, una mayor duración de la diabetes antes de la concepción, una rápida normalización de la hemoglobina glucosilada (HbA1c) al inicio del embarazo, la hipertensión y la preeclampsia. Por otro lado, si la RD ya está presente, el estadio y la gravedad de la RD en el momento de la concepción tienen un impacto en la progresión de la enfermedad durante el embarazo, ya que la progresión es más significativa en mujeres embarazadas con formas moderadas o graves de RD que en aquellas con RD leve o nula. En concreto, los estudios han demostrado que 55% de las mujeres embarazadas con RD de moderada a grave y 21% de las mujeres con RD leve se deterioran y que en 9,8% de los casos se observa progresión a enfermedad proliferativa. Los casos más graves, que no se resuelven en el primer año posparto, pueden conducir a la pérdida de visión.
Tratamiento de la retinopatía diabética en el embarazo
El cribado de la RD es un aspecto muy importante del control de la diabetes gestacional, ya que su objetivo es detectar la enfermedad a tiempo e iniciar un tratamiento precoz para evitar la pérdida de visión. Por lo tanto, las mujeres con diabetes gestacional deben someterse a un cribado de retina y recibir asesoramiento sobre el riesgo de desarrollo y progresión de la RD. Además, deben ser seguidas por un equipo multidisciplinar, formado por un endocrinólogo, un oftalmólogo y un perinatólogo.
Durante todo el periodo de gestación, debe realizarse una evaluación oftalmológica exhaustiva y mantenerse un control glucémico estricto. De hecho, el control máximo de los niveles de glucosa y de la tensión arterial son esenciales en el tratamiento de la RD durante el embarazo. La duración del seguimiento depende del estadio de la RD: cuanto más grave sea la retinopatía en el momento del diagnóstico durante la revisión inicial, más frecuentes deberán ser las revisiones.
En cuanto al tratamiento de la ER en el embarazo, la cirugía láser ha permitido tratar esta enfermedad de forma eficaz. Por el contrario, el tratamiento de primera línea con anti-VEGF no debe administrarse durante el embarazo, especialmente en el primer trimestre, debido al elevado riesgo de aborto espontáneo. La inyección intravítrea de esteroides puede considerarse para el edema macular diabético refractario al tratamiento, pero preferiblemente en el 2º o 3º trimestre del embarazo. La posibilidad de cirugía debe posponerse hasta después del parto o realizarse con anestesia local, no antes del trimestre anterior al parto.
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