Reconocer el síndrome del ojo seco: el papel de los farmacéuticos

La síndrome del ojo seco es una de las enfermedades oculares crónicas más frecuentes. Su prevalencia oscila entre unos 5% y más de 50% y se prevé que el número de pacientes aumente a medida que envejezca la población.

Se trata de una afección patológica multifactorial que afecta a la superficie ocular y provoca molestias, alteraciones visuales e inestabilidad de la película lagrimal, con posibles daños en la superficie ocular. Se acompaña de un aumento de la osmolaridad de la película lagrimal y de inflamación de la superficie ocular.

El síndrome del ojo seco se clasifica según sus causas en dos formas principales: ojo seco evaporativo y ojo seco hiposecretor (deficiencia acuosa). El ojo seco evaporativo se asocia a la presencia de una capa lipídica aceitosa insuficiente que cubre la película lagrimal. Por el contrario, el ojo seco por deficiencia acuosa es un trastorno en el que las glándulas lagrimales no producen lágrimas con una cantidad suficiente de componente acuoso.

Una encuesta reciente realizada por Revista farmacéutica descubrió que aproximadamente dos tercios de los farmacéuticos comunitarios hablan con los pacientes sobre el síndrome del ojo seco más de una vez a la semana. Además, 81% de los farmacéuticos afirmaron sentirse algo o muy seguros a la hora de realizar el diagnóstico del síndrome del ojo seco. Sin embargo, en la práctica, sólo 42% del personal de farmacia parece ser capaz de proporcionar un diagnóstico correcto de ojo seco.

La encuesta demostró que, para obtener un diagnóstico correcto, es necesario formular a los pacientes las preguntas adecuadas sobre la duración de los síntomas, la gravedad, la lateralidad (uno o ambos ojos afectados) y la presencia de sequedad.

Además del síndrome del ojo seco, a menudo se pregunta a los farmacéuticos por afecciones como los ojos irritados, los ojos cansados, la fiebre del heno, la irritación, la presencia de cuerpos extraños y la infección. Los ojos irritados o cansados y la inflamación no identifican por sí mismos una única patología, sino que son síntomas que también pueden estar presentes en muchas otras condiciones oculares patológicas.

El papel del farmacéutico en el diagnóstico

Los síntomas del síndrome del ojo seco incluyen irritación, granularidad, ardor, dolor, lagrimeo y alteraciones visuales que generalmente afectan a ambos ojos.

Para diagnosticar el síndrome del ojo seco, es necesario realizar un diagnóstico diferencial para excluir afecciones que presentan signos o síntomas similares, como conjuntivitis, enfermedades oculares infecciosas, queratitis, anomalías corneales y enfermedades del tejido conjuntivo.

Por lo tanto, es necesario plantear a los pacientes las preguntas adecuadas sobre sus síntomas. La Royal Pharmaceutical Society, el organismo profesional de los farmacéuticos en el Reino Unido, ha propuesto una serie de condiciones a investigar para determinar si los pacientes tienen o no un problema relacionado con el síndrome del ojo seco.

En particular, los factores que pueden ayudar en el diagnóstico diferencial son:

  • - ardor y sequedad
  • - disminución de la calidad de la visión
  • - cronicidad
  • - boca seca o sequedad de otras mucosas
  • - cirugía ocular reciente
  • - uso de lentes de contacto
  • - tomar un nuevo medicamento
  • - bilateralidad (ambos ojos están afectados)
  • - enfermedades sistémicas que pueden provocar sequedad ocular

Por el contrario, el picor debería sugerir una enfermedad alérgica, mientras que el dolor o la sensación de cuerpo extraño están relacionados con otras causas. La formación de costras y la secreción ocular también son signos  de una causa infecciosa, no de una afección de ojo seco.

Colaboración con el oftalmólogo

Las pruebas necesarias para  Confirmar el diagnóstico de ojo seco requiere equipos específicos, como una lámpara de hendidura, la medición del volumen lagrimal, tintes oftálmicos para examinar la córnea y pruebas de osmolaridad, que son responsabilidad estricta del oftalmólogo.

Por lo tanto, el farmacéutico debe basar su diagnóstico preliminar en los factores enumerados y, si es necesario, remitir al paciente a un especialista. Este enfoque, además de proporcionar un diagnóstico preciso, también identificará la forma específica de ojo seco, hiposecretor o  evaporativo, y elegir el tratamiento más adecuado.

El National Institute for Health and Care Excellence (NICE) indica como necesario una derivación urgente a un oftalmólogo si se sospecha una afección ocular grave, como glaucoma agudo, queratitis o iritis, debido a dolor o fotofobia, enrojecimiento unilateral marcado o visión reducida.

Además, el NICE recomienda la derivación a un especialista en caso de síntomas no controlados a pesar de un tratamiento adecuado de al menos cuatro semanas, en caso de deterioro de la visión, en caso de indicación de daño corneal, o en todos los casos en los que sea necesaria y adecuada una evaluación o gestión por parte de un especialista.

Dr. Carmelo Chines
Director responsable

Bibliografía

Leshno A, Alhalel A, Fogel-Levin M, Zloto O, Moisseiev J, Vidne-Hay O. Pediatric retinal damage due to soccer-ball-related injury: Results from the last decade. Eur J Ophthalmol. 2021 Jan;31(1):240-244.

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