En queratocono (KCN) es una enfermedad ocular degenerativa de carácter progresivo, que se manifiesta como una curvatura característica de la córnea en forma de cono, asociada a un adelgazamiento irregular de la capa corneal conocida como estroma, que da lugar a una hinchazón en forma de cono y a una pérdida significativa de visión. De hecho, las consecuencias visuales de esta afección incluyen una reducción significativa de la agudeza visual de diversos grados, distorsión de la imagen y aumento de la sensibilidad al deslumbramiento y a la luz en general. Además, las lentes oftálmicas esferocilíndricas convencionales no pueden corregir adecuadamente esta condición refractiva patológica.
En general, el queratocono suele aparecer durante la pubertad (al final de la adolescencia en los varones y antes de los 20 años en las mujeres) y puede progresar hasta los 30-40 años. Más allá de esta edad, es muy raro que haya progresión. En raras ocasiones, el queratocono puede aparecer a una edad más avanzada, por ejemplo como consecuencia de cambios hormonales, como durante el embarazo. La manifestación y progresión de la enfermedad son varían y muy a menudo son asimétricos entre los dos ojos del mismo paciente, aunque nunca se trata de una enfermedad unilateral. En general, se calcula que la incidencia del queratocono puede variar entre 50 y 230 casos cada 100.000 personas (aproximadamente 1/2.000).
Un hecho interesante es que el queratocono se conocía probablemente desde los primeros tiempos de la oftalmología. Originalmente, esta patología tenía otros nombres distintos de "queratocono", como hiperqueratosis o córnea en forma de cono, todos los cuales describían la presencia de una córnea deformada. Sin embargo, la primera descripción adecuada del queratocono se remonta a principios del siglo XVIII, cuando apareció en el tratado fundamental de Nottingham. En aquella época también se sugirieron posibles tratamientos: Photinos Pannas (1831-1902), profesor de la Universidad de París, presentó un tratamiento basado en el uso de lentes de contacto de vidrio.
¿Cuáles son las causas del queratocono?
Se desconocen las causas del queratocono. Se han identificado varias asociaciones, como el uso de lentes de contacto rígidas permeables al gas, el frotamiento crónico de los ojos, el síndrome de Down y ciertas enfermedades del tejido conjuntivo. Sin embargo, el queratocono suele aparecer sin estar asociado a otras enfermedades oculares o sistémicas. El queratocono también se considera una enfermedad hereditaria. De hecho, al menos entre el 6% y el 8% de los casos notificados tienen antecedentes familiares positivos o muestran indicios de transmisión familiar.
Evaluación y diagnóstico del queratocono
En la actualidad, varias técnicas de imagen ocular, como la topografía corneal y la tomografía de coherencia óptica (OCT), han mejorado nuestra capacidad para diagnosticar precozmente el queratocono. La topografía corneal es la principal prueba diagnóstica para detectar la patología. De hecho, los mapas de curvatura corneal codificados por colores generados por la topografía corneal pueden ofrecer una visualización de la irregularidad de la superficie corneal. Recientemente, el uso de la tomografía de coherencia óptica (OCT) del segmento anterior también se ha introducido progresivamente en el diagnóstico clínico del queratocono.
¿Cómo se trata el queratocono?
Las opciones disponibles para el tratamiento del queratocono dependen en gran medida del estadio de la enfermedad y de su progresión. Si la enfermedad está estabilizada, se hace más hincapié en corregir la visión. Si la enfermedad progresa, se hace hincapié en ralentizarla y detenerla.
Entre los enfoques terapéuticos, las lentes de contacto blandas diseñadas a medida pueden proporcionar cierto control de las aberraciones primarias asociadas al queratocono. Las lentes de contacto rígidas permeables al gas (RGP) y las lentes esclerales son las soluciones terapéuticas más adecuadas para el queratocono de leve a avanzado. Sin embargo, puede ocurrir que este tipo de lentes no sean bien toleradas por los pacientes. Otras alternativas son las lentes de contacto de hidrogel, las lentes piggy back o las lentes de contacto esclerales.
El cross-linking de colágeno corneal es un procedimiento paraquirúrgico ambulatorio mínimamente invasivo que ha demostrado su eficacia para detener la progresión del queratocono, especialmente en los casos diagnosticados precozmente.
Por último, el trasplante de córnea se considera el último recurso cuando la córnea se ha vuelto demasiado fina y los síntomas de la patología son graves. En este caso, la córnea se sustituye por completo (queratoplastia penetrante) o parcialmente (queratoplastia lamelar) con tejido corneal de un donante sano.