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Ojo, cerebro y cuerpo

La comunicación entre el órgano sensorial, el sistema nervioso central y la respuesta motora es esencial para un correcto desarrollo cognitivo, motor y sensorial.

Para definir claramente qué son las funciones visuales y por qué es esencial potenciarlas, es necesario profundizar en algunos aspectos.

Habilidades visuales funcionales

Varios estudios científicos publicados en revistas científicas americanas que figuran en PubMed, se centran únicamente en determinadas capacidades y las correlacionan con ciertas anomalías de la función visual y trastornos del neurodesarrollo.

Una descripción completa del  las habilidades visuales funcionales incluyen:

  • agudeza visual: nitidez de las imágenes percibidas (en Italia se cuantifica en décimas);
  • capacidad de enfoqueLa capacidad de mantener el uso continuo del enfoque a corta distancia. Es necesario aprender a controlar el sistema de enfoque, para realizar las propias tareas, de forma automatizada;
  • coordinación ocularLa capacidad de los ojos para trabajar juntos al realizar cualquier tarea. Pequeñas diferencias en la capacidad de los dos ojos para fijar y perseguir con la mirada (forias) pueden causar visión borrosa, visión doble, dificultad para procesar varios estímulos a la vez y dolores de cabeza. Las deficiencias patológicas en este aspecto pueden, por tanto, dar lugar a rotación ocular (tropos), estrabismo, visión doble y supresión;
  • movimientos ocularesUn buen control de esta habilidad permite realizar movimientos sofisticados, como seguir un balón, dirigir la mirada al leer y cabecear, guiar los movimientos en deportes que requieren persecución;
  • reproducción de formularios(comprensión y coordinación ocular y manual fina) para comprender el lenguaje escrito, es necesaria la capacidad de percibir formas básicas (letras y números, por ejemplo) y copiarlas durante la lectoescritura;
  • visión periférica: la porción más externa del campo visual que una persona puede experimentar mientras mantiene la cabeza y los ojos en un punto central;
  • binocularidad y estereopsisvisión tridimensional, que permite la fusión de las dos imágenes registradas individualmente por cada ojo, lo que produce la percepción de la profundidad en el cerebro.

Evaluación de la función visual

La correcta evaluación de la función visual nos permite comprender cómo vemos, qué capacidades visuales podemos destacar y cuáles son deficientes.

Causas de las anomalías del movimiento ocular no tratadas:

  • una dificultad de aprendizaje cognitivo y motor, que hace compleja la lectura y la posterior comprensión de textos, perjudica la cualidad motora dirigida hacia un objeto de interés, provoca estrés, fatiga central e inseguridad;
  • una disfunción visual. Esto altera el sistema propioceptivo y la conciencia del propio cuerpo en el espacio, además de afectar a la organización de las cadenas cinéticas que llegan hasta los pies alterando las cargas y los apoyos;
  • un déficit de convergencia. En la edad adulta provoca un ritmo cardiaco irregular, cambia la amplitud y la frecuencia del electroencefalograma, produce una alteración del volumen y del ritmo de la respiración, un aumento de la tensión arterial, un cambio electromiográfico en el músculo trapecio, un aumento de la temperatura cutánea y, por último, cambios posturales.

Rehabilitación sensoriomotora

La reeducación sensoriomotriz dirigida al niño con trastornos del neurodesarrollo, (por ejemplo, DSA, TDAH, DCD, dispraxia y autismo), tiene como objetivo optimizar el rendimiento visual-cognitivo en la lectura, la escritura, la coordinación visomotora gruesa y fina y la correcta gestión de las funciones ejecutivas, como apoyo a las terapias tradicionales.

En concreto, esta reeducación consiste en realizar una serie de ejercicios que pretenden entrenar a los pacientes a través de estímulos visuales vinculándolos directamente a estímulos motores.

 

La calidad de la función visual y su impacto

La visión es un complejo proceso neurológico que nos permite identificar, interpretar y comprender la realidad exterior mediante sensores (los ojos), captando la información visual a través de la luz y evaluándola como base de nuestros pensamientos y acciones. La función visual también está vinculada a otras capacidades, como la coordinación motora y el equilibrio, las habilidades lingüísticas, psicológicas (en sentido amplio) y auditivas. Por tanto, la visión influye inevitablemente en diversos aspectos del ser humano, así como en su postura, su motricidad fina y su coordinación motora.

Tener buena visión no es simplemente tener una agudeza visual de 10/10, sino extraer significado de lo que se ve.

La calidad de la función visual depende principalmente de las capacidades visuales, gestionadas por el sistema nervioso central (SNC).

Por ejemplo: la capacidad de desplazar continuamente la mirada del pupitre a la pizarra depende, además de una compleja programación sacádica, de la correcta coordinación de los músculos oculomotores que se ocupan de los movimientos oculares. En particular, la convergencia y la divergencia, así como la acomodación del cristalino, que, gracias a los músculos ciliares, permite enfocar las imágenes a distancias cortas del observador.

Los ojos informan al S.N.C. de la posición del objeto de interés en el espacio y, en función de esta localización, el control central envía los datos para enfocarlo.

Cada individuo aprende a ver y desarrolla sus capacidades visoperceptivas de forma diferente en función de sus experiencias. Sin una exposición adecuada a los estímulos visuales en los tres primeros años de vida, no se podría, de hecho, desarrollar una visión adecuada incluso en presencia de ojos que funcionen perfectamente (pensemos en la ceguera cortical).

La visión es, por tanto, un proceso que se desarrolla desde el nacimiento a través de interacciones con el entorno. No es, como suelen percibir los "no iniciados", un sistema óptico estático, rígido y mecánico, sino un proceso activo y dinámico que requiere interacciones continuas del organismo con su entorno.

Reeducación y refuerzo

Las áreas de intervención para la reeducación y mejora de la función visual son:

  • reflejos motores primarios, etapas de desarrollo
  • habilidades visuales, integración auditiva
  • coordinación, equilibrio
  • ritmo, tempo
  • concentración, atención
  • espacio-tiempo

Sólo así se crean nuevas organizaciones perceptivas y motoras, indicativas de una maduración visual, perceptiva y cognitiva adecuada.

 

Breve biografía de Elena Spigno
Máster en Óptica y Optometría
Máster en Psicomotricidad y Atención Temprana
Técnico BRMT Nivel 3
Técnico de gimnasia postural

Elena Spigno

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