Los ojos representan una posible vía de SARS-CoV-2 en el organismo. Con el tiempo se van conociendo mejor los efectos del coronavirus SARS-CoV-2 sobre la salud, y se ha estudiado ampliamente el papel de la superficie ocular como posible portal de entrada del virus y como reservorio y lugar de transmisión.
Recientemente, se han identificado virus vivos en fluidos oculares y se ha demostrado que tanto los epitelios corneales como conjuntivales expresan receptores ACE2, DC-SIGN/DC-SIGNR y TMPRSS2, a través de los cuales el virus penetra en las células, lo que sugiere que la superficie ocular es una vía potencial de infección y transmisión del SARS-CoV-2.
Además, se ha demostrado que el riesgo de contagio ocular aumenta en caso de anomalías de la película lagrimal, como ocurre en el síndrome del ojo seco. En este caso, las microvellosidades epiteliales de la conjuntiva están dañadas y la superficie ocular es más vulnerable a los microorganismos infecciosos. Esta observación ha llevado a pensar que la película lagrimal puede formar una barrera protectora contra el virus, pero al mismo tiempo, si el virus consigue penetrar en la capa lagrimal, su drenaje hace que sea transportado al sistema nasolagrimal, desde donde el SARS-CoV-2 puede entrar fácilmente en el organismo a través de las vías respiratorias.
Una vez establecido, por tanto, que la infección a través del ojo es posible, el desarrollo de estrategias para reducir el riesgo de que el coronavirus entre en el organismo a través de la superficie ocular puede ser un método útil para prevenir la infección.
Un equipo de investigadores italianos ha desarrollado un gel ocular a base de ozono (O3) que parece ser capaz de prevenir la infección con el nuevo coronavirus a través de los ojos y COVID-19, al igual que hacemos con las mascarillas y la protección natural de nuestras vías respiratorias. Ozono (O3) es una molécula capaz de interferir en el acceso de los virus a las células y también tiene propiedades antiinflamatorias, inmunogénicas y antivirales. O3 ha sido reconocido como uno de los mejores agentes antimicrobianos, probablemente debido al estrés oxidativo transitorio que induce en las células. LA O3 también se utiliza en medicina para desinfectar y tratar infecciones por bacterias, virus, hongos, levaduras y protozoos. La eficacia del ozono contra los virus se debe a su capacidad para dañar la cápside viral, es decir, la envoltura en la que se encierra el genoma del virus. Además, el ozono permite la cicatrización fisiológica de las heridas y minimiza el riesgo de queloides.
Debido a todas estas propiedades, con el tiempo se han desarrollado muchas formulaciones para utilizar el ozono en la práctica clínica, por ejemplo en forma de preparados tópicos. Los geles oftálmicos de ozono ya se utilizan para aliviar los síntomas de las enfermedades inflamatorias oculares, incluidas las de origen infeccioso.
En el reciente estudio italiano, se desarrolló un aceite ozonizado liposomal en gel para gotas oftálmicas (OED), que demostró reducir la infección por SARS-CoV-2 en el ojo. Este gel oftálmico a base de O3 parece ser capaz de inhibir la replicación viral y la entrada del virus en las células de la superficie ocular. Además, parece ser capaz de restaurar la regeneración celular y controlar la inflamación en el síndrome del ojo seco. El efecto barrera contra la entrada del virus a través de los ojos también ayuda a impedir su paso al sistema naso-lagrimal.
En conclusión, la administración tópica de gel de ozono parece ser capaz de reducir el riesgo de infección por SARS-CoV-2 a través de la superficie ocular y podría convertirse en un procedimiento de salvaguardia esencial contra el SARS-CoVID-19 no sólo para el personal sanitario, sino también para toda la población. No obstante, se trata de un estudio in vitro, cuyos resultados deberán confirmarse mediante estudios en modelos animales y en seres humanos.
Bibliografía
Stanislao Rizzo et al, COVID-19 Ocular Prophylaxis: The Potential Role of Ozonated-Oils in Liposome Eyedrop Gel, Translational Vision Science & Technology August 2021, Vol.10, 7. doi:https://doi.org/10.1167/tvst.10.9.7
Dr. Carmelo Chines
Director responsable