Artículos

Distrofia de los conos

La distrofia de los conos es una enfermedad rara que afecta a los conos de la retina, con síntomas que pueden variar, pero que suelen incluir una disminución de la capacidad de ver con luz brillante y una pérdida de claridad visual. La identificación precoz de esta enfermedad es crucial para controlar sus síntomas y mejorar la calidad de vida de los afectados.

Conos y bastones

Los fotorreceptores retinianos se dividen en conos e palos. Los dos tipos de células fotorreceptoras presentan diferencias estructurales, relacionadas con importantes características funcionales. Además, todos los bastones contienen el mismo fotopigmento, la rodopsina, mientras que los conos tienen tres tipos diferentes de pigmentos sensibles a la luz (las yodopsinas), que garantizan la discriminación de los distintos colores (cada cono de la retina contiene sólo uno de los tres fotopigmentos).

Características y funciones

Los conos y los bastones son células muy especializadas que tienen la función específica de recibir el estímulo luminoso y transformarlo en una señal eléctrica que se transmite al cerebro.
En el proceso visual, los fotorreceptores desempeñan funciones complementarias y su trabajo en sincronía es necesario para una visión de buena calidad

  • I conos están situados en la parte central de la retina, la fóvea, y son responsables de la percepción del color, la llamada "visión fotópica", y de la visión nítida. La media de conos oscila entre 6,3 y 6,4 millones. Existen tres tipos de conos, con picos de absorción a 420, 530 y 560 nm, correspondientes a los tres colores azul, verde y rojo respectivamente. Por tanto, los conos son capaces de percibir los colores.
  • I palos tienen una sensibilidad muy alta a la luz y les permiten ver incluso de noche y con poca intensidad luminosa, lo que se denomina "visión escotópica o crepuscular". Sin embargo, estos fotorreceptores son incapaces de construir imágenes de buena calidad y de distinguir los colores. De hecho, los bastones participan en la visión acromática, que sólo se caracteriza por el blanco, el negro y los tonos de gris.

Distrofia de los conos

La distrofia de conos es una enfermedad degenerativa que afecta a las células cónicas de la retina, responsables de la visión central y de la percepción de los colores.

Puede darse en individuos de todas las edades, aunque en muchos casos los síntomas empiezan a manifestarse durante la infancia o la adolescencia, mientras que la aparición en la edad adulta es más rara.

Diagnóstico diferencial

Hay otras enfermedades que pueden afectar a la retina y afectar a la visión, como la degeneración macular asociada a la edad o la retinosis pigmentaria, pero mientras que la degeneración macular provoca una pérdida progresiva de la visión central y la retinosis pigmentaria afecta inicialmente a la visión periférica, la distrofia de conos se caracteriza porque afecta sobre todo a la percepción nítida de los colores y a la visión detallada.

Esta diferencia es crucial para un diagnóstico correcto y para diseñar un plan de tratamiento adecuado que satisfaga las necesidades específicas de los pacientes afectados.

Causas de la distrofia de Coni

Factores genéticos

La predisposición genética es uno de los principales factores en la aparición de la distrofia de conos. Numerosos estudios han demostrado que mutaciones específicas en determinados genes pueden causar la enfermedad.

Hasta la fecha, se han identificado unos diez genes asociados a la distrofia de conos. El gen más frecuentemente implicado es ABCA4que también causa la enfermedad de Stargardt, e implica una transmisión autosómica recesiva: el defecto genético debe heredarse de cada uno de los progenitores, ambos portadores sanos, para que se manifiesten los síntomas. Otros genes frecuentemente asociados a la distrofia de conos son el CRX y el GUCY2D, responsables de numerosas formas autosómicas dominantes (en las que una copia del defecto es suficiente para manifestar la enfermedad) y el RPGR (que también causa dos tercios de la retinosis pigmentaria ligada al cromosoma X y afecta predominantemente a varones). Las formas más raras afectan al gen GUCA1A, que se asocia tanto a la distrofia de conos como a la distrofia de bastones y conos. Es probable que algunas mutaciones en los genes que causan la retinosis pigmentaria y las distrofias maculares también sean responsables de distrofias de conos.

Las personas con antecedentes familiares de distrofia de conos deben considerar la posibilidad de recibir asesoramiento genético para evaluar el riesgo. Las pruebas genéticas pueden identificar la presencia de mutaciones que podrían indicar una predisposición a la enfermedad.

Influencias medioambientales

Aunque la distrofia de conos tiene causas principalmente genéticas, ciertas influencias ambientales pueden agravar la afección.

La exposición prolongada a la luz brillante sin protección puede acelerar la degeneración de los conos de la retina. Por ello, es aconsejable utilizar gafas de sol con protección UV para reducir el daño retiniano.

Además, la exposición a determinadas toxinas o sustancias químicas puede contribuir al desarrollo y la progresión de la distrofia de conos.

Posibles causas

La diabetes o determinadas enfermedades, como la retinosis pigmentaria u otras enfermedades degenerativas de la retina, pueden predisponer a padecer distrofia de conos.

Síntomas comunes de la distrofia

Los síntomas de la distrofia de conos pueden variar, pero existen signos comunes que pueden ayudar en el proceso de diagnóstico.

El síntoma más evidente de la distrofia de conos es el cambio en la visión de los colores. Los pacientes pueden tener dificultades para distinguir entre diferentes tonos, especialmente con luz brillante.

Además de una percepción alterada de los colores, suele producirse una pérdida de nitidez en la visión central. Esto puede dificultar la lectura, la conducción o la realización de actividades que requieran una visión detallada.

Estos cambios pueden producirse gradualmente, por lo que es importante vigilar la vista con regularidad para detectar cambios significativos.

La fotofobiao sensibilidad a la luz brillante, es otro síntoma frecuente. Los pacientes pueden encontrar molestos los ambientes luminosos y preferir condiciones de luz más suave.

El uso de gafas de sol o lentes fotocromáticas puede ayudar a controlar la sensibilidad y mejorar el confort visual.

Diagnóstico y evaluación

Un diagnóstico preciso de la distrofia de conos es crucial para iniciar un tratamiento eficaz.

Los procedimientos de diagnóstico de la distrofia de conos incluyen diversos exámenes oftalmológicos.

  1. OCT (tomografía de coherencia óptica): Proporciona imágenes detalladas de la retina, ayudando a identificar daños o anomalías en los conos.
  2. Electrorretinograma (ERG)Mide las respuestas eléctricas de la retina a la luz, poniendo de manifiesto posibles disfunciones en los conos.
  3. Prueba de campo visualEvalúa la visión central y periférica, identificando las áreas de pérdida visual.

El diagnóstico precoz es esencial para tratar la distrofia de conos. Una intervención precoz puede ralentizar la progresión de la enfermedad y preservar la visión.

Es esencial programar revisiones oftalmológicas periódicas, especialmente para quienes tienen antecedentes familiares de la enfermedad, a fin de detectar precozmente cualquier anomalía.

El diagnóstico precoz también aumenta las posibilidades de éxito de las terapias experimentales, que a menudo requieren una intervención en las primeras fases.

Opciones de tratamiento

Actualmente no existe ninguna terapia que pueda detener la progresión de la enfermedad o restaurar la vista. Por desgracia, el pronóstico visual es negativo. El objetivo de la terapia es ralentizar el proceso degenerativo, tratar las complicaciones y ayudar a los pacientes a afrontar el impacto psicosocial de la ceguera.

I tratamientos médicos actuales para la distrofia de conos se centran principalmente en controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida.

El uso de gafas correctoras, lentes de contacto especiales y ayudas visuales puede contribuir a mejorar la visión residual.

Los complementos alimenticios, como los antioxidantes y las vitaminas, pueden favorecer la salud ocular y ralentizar la progresión de la enfermedad.

Le terapias experimentales representan una esperanza para el futuro tratamiento de la distrofia de conos.

La terapia génica es una de las áreas más prometedoras, con el objetivo de corregir las mutaciones genéticas responsables de la enfermedad.

El tratamiento a largo plazo de la distrofia de conos requiere un enfoque integral que incluya atención oftalmológica periódica y apoyo psicológico.

Las adaptaciones a la vida laboral y doméstica, como el uso de dispositivos tecnológicos y aplicaciones de lectura, pueden mejorar la autonomía de los pacientes.

Participar en grupos de apoyo puede proporcionar un sentimiento de comunidad y ayudar a compartir estrategias para afrontar eficazmente la enfermedad.

 

Sobre el tema de las maculopatías, véase también:

Bibliografía

Yates WB, Grigg JR, Nash BM, Ma A, Rajagopalan S, et al. Longitudinal study in autosomal recessive PROM1 enfermedad hereditaria de la retina. Ophthalmic Genet. 2025 Jun 10:1-14. doi: 10.1080/13816810.2025.2510306. Epub ahead of print. PMID: 40494823.

 C'è molto di più per te se ti iscrivi qui

Envíe sus comentarios, sugerencias y propuestas para ampliar el contenido de nuestro portal.

    Este sitio está protegido por reCAPTCHA. Las condiciones de uso indicadas en el Política de privacidad.