Enfermedades neurodegenerativas oculares como glaucomaEl retinopatía diabética y la degeneración macular asociada a la edad son afecciones patológicas frecuentes responsables del desarrollo de ceguera en la población activa y anciana de los países desarrollados. En efecto, en estas enfermedades se desencadena un proceso neurodegenerativo que causa daños irreversibles en la retina y conduce a una pérdida progresiva de la visión.
Muchas de las terapias utilizadas actualmente para estas enfermedades no consiguen detener o ralentizar totalmente la progresión de la enfermedad. Por ello, algunos tratamientos complementarios con sustancias que tienen propiedades neuroprotectoras pueden ayudar a gestionar mejor la enfermedad. En concreto, la citicolina y la coenzima Q10 son moléculas que tienen propiedades neuroprotectoras, antioxidantes y antiinflamatorias, y su uso podría tener un efecto beneficioso en el caso de las enfermedades oculares neurodegenerativas.
Citicolina
La citiocolina (citidina-5′-difosfocolina o CDP-colina) es un mononucleótido compuesto de ribosa, citosina, pirofosfato y colina. La citiocolina tiene propiedades pleiotrópicas, ya que activa el metabolismo neuronal, estabiliza la membrana neuronal y favorece la neurotransmisión. También contribuye a la síntesis de los fosfolípidos estructurales de las membranas plasmáticas celulares y de la acetilcolina, un importante neurotransmisor.
Si la citicolina se toma por vía oral, el compuesto se hidroliza para formar colina y citidina, que las células utilizan para generar fosfolípidos; por lo tanto, la administración de citicolina facilita el suministro exógeno de colina y citidina. Aunque la colina es sintetizada endógenamente por el organismo, la cantidad producida no es suficiente para satisfacer las demandas del cuerpo y, por lo tanto, se considera un nutriente esencial en las dietas animal y humana. La ingesta media recomendada de colina para los seres humanos adultos es de aproximadamente 550 mg/día para los hombres y 425 mg/día para las mujeres, aunque las necesidades dependen de factores como la edad, el sexo y el peso.
Para su administración, la citicolina puede utilizarse en forma de citicolina de base libre (como suplemento dietético) y citicolina sódica; esta última se utiliza principalmente como fármaco para el tratamiento de trastornos neurológicos. Actualmente, la citicolina está disponible tanto en forma de inyección intramuscular como en formulación oral y solución tópica, para ser instilada como colirio. Los estudios realizados en el ojo han demostrado mejoras en la función visual tras el tratamiento en pacientes con glaucoma, retinopatía diabética, neuropatía óptica isquémica no arterítica (NAION) y ambliopía.
Coenzima Q10
La coenzima Q10 (CoQ10) es una molécula liposoluble cuya estructura molecular es similar a la de algunas vitaminas. Sin embargo, no es una vitamina, ya que las células del cuerpo humano pueden sintetizarla a partir de ella. La Q10 también se denomina ubiquinona, debido a su presencia ubicua en prácticamente todas las células del cuerpo humano. Esta molécula está formada por un anillo central de benzoquinona unido a una cadena de 10 unidades lipídicas isoprenoides. La CoQ10 existe en forma oxidada (ubiquinona) y reducida (ubiquinol) y su función normal implica una interconversión continua entre estas dos formas. Además, existe un tercer estado parcialmente reducido (ubisemikinona).
La CoQ10 se encuentra en la membrana mitocondrial interna, las membranas celulares y la sangre, unida a lipoproteínas tanto de alta como de baja densidad. Interviene en numerosos procesos biológicos, el más importante de los cuales es la síntesis de trifosfato de adenosina (ATP). La CoQ10 participa en la cadena de transporte de electrones que tiene lugar durante la respiración celular aeróbica en las mitocondrias, lo que significa que es esencial para la producción de energía en las células. La forma reducida de la CoQ10 (CoQ10H2) actúa como un potente antioxidante y puede contrarrestar los efectos de los radicales libres.
Los niveles endógenos de CoQ10 vienen determinados tanto por la tasa de producción como por la de consumo en el organismo y pueden verse alterados en diversas enfermedades. En cambio, sólo una pequeña cantidad de CoQ10 se obtiene a través de la dieta. Existen tres posibles causas de la deficiencia de CoQ10 en el organismo: una síntesis deficiente, una ingesta reducida o una mayor utilización por parte de las células. Los niveles de CoQ10 son bastante estables en las células, pero las concentraciones varían entre los distintos tejidos y órganos. Además, la cantidad de CoQ10 disminuye con la edad. En las últimas décadas se ha estudiado ampliamente la posibilidad de aumentar los niveles de CoQ10 en diferentes órganos o tejidos mediante la dieta y la administración de suplementos alimenticios.
Citicolina y CoQ10 en las enfermedades de la retina
Dadas las características y propiedades de la citicolina y la CoQ10, varios estudios han investigado su eficacia para contribuir al tratamiento de las enfermedades retinianas relacionadas con la neurodegeneración.
Por ejemplo, la citicolina tiene propiedades neuroprotectoras, ya que evita la rotura de la membrana neuronal y la apoptosis en los procesos neurodegenerativos. También desempeña un papel antioxidante en enfermedades neurodegenerativas caracterizadas por el estrés oxidativo, como el glaucoma y las neuropatías isquémicas. Los estudios han demostrado que tanto la instilación de colirios como la administración oral de citicolina producen mejoras en la función visual. También existen datos en la literatura que apoyan el papel de la citicolina en la prevención de la neurodegeneración en la retinopatía diabética. Además, un estudio también demostró un efecto beneficioso de la citicolina en la degeneración macular asociada a la edad, en relación con la cual tiene un efecto antiapoptótico y antioxidante.
Se han realizado observaciones similares con la CoQ10, que presenta efectos antioxidantes y antiapoptóticos en el glaucoma, la retinopatía diabética y la degeneración macular asociada a la edad, independientemente del método de administración, ya sea en forma de colirio o mediante suplementos dietéticos.
En esencia, el estudios realizados hasta ahora muestran que la administración de citicolina y CoQ10 tiene un efecto prometedor en el control de la progresión y la promoción de la función visual de muchas enfermedades de la retina. Por lo tanto, estas moléculas pueden ser útiles como tratamientos adyuvantes para diversas enfermedades de la retina, como el glaucoma, la retinopatía diabética y la degeneración macular asociada a la edad.