En dolor ocular no sólo puede ser la manifestación de una problema de origen oftálmico, sino ser el resultado de problemas en otros distritos corporales o estar relacionado con situaciones medioambientales particulares.
A menudo, cuando un niño se queja de dolor ocular, es examinado por el médico de familia y el primer paso es intentar obtener información clínica precisa (tarea no siempre fácil), empezando por las preguntas clásicas relacionadas con el dolor. La forma en que el niño responderá (verbal o no verbal) estará claramente relacionada con su edad. No obstante, hay que tener en cuenta que el dolor es una de las primeras palabras que aprenden los niños, como parte de su vocabulario primario, y que pueden utilizarla para describir diversas afecciones.
En es poco probable que el dolor ocular sin causa evidente esté relacionado con una enfermedad grave. En una muestra de niños de entre 2 y 6 años, algunos autores demostraron que el dolor ocular era funcional en 73 de 80 niños (91%), que no tenían los ojos rojos ni una causa evidente, según estos investigadores, el dolor de naturaleza funcional constituye un diagnóstico de exclusión.
En niños menores de 8 añosen los que la función visual no está plenamente desarrollada, la el dolor ocular puede ser un signo de ambliopía (ojo vago) y, en raras ocasiones, de una patología visual potencialmente mortal y/o de una enfermedad sistémica. Por consiguiente, es importante identificar el origen del dolor.
Para facilitar el diagnóstico clínico, un enfoque práctico consiste en evaluar si el ojo está "tranquilo" o "rojo". Para "ojo tranquilo significa un ojo dolorido, pero sin los clásicos signos inflamatorios oculares, como hinchazón de los párpados, lagrimeo, secreción ocular, enrojecimiento, fotofobia o cambios en la visión. Para "ojo rojo", en su lugar, se quiere decir la presencia de signos clásicos de inflamación mencionado anteriormente.
Existen múltiples causas de dolor en un "ojo tranquilo" y en un "ojo rojo". Algunas se muestran en la siguiente tabla, que correlaciona el diagnóstico diferencial de las condiciones clínicas que deben ser evaluadas cuidadosamente por el especialista, el oftalmólogo pediátrico.
Fuente:
Aguilera ZP, Chen PL. Dolor Ocular en Niños. Pediatría en Reseñas, 2016.
Diagnóstico diferencial "ojo tranquilo" y "ojo rojo | |
Diagnóstico de "ojo tranquilo | Diagnóstico de "ojos rojos |
Fatiga ocular debida a defectos de refracción | Celulitis preséptica |
Fallo de convergencia | Dacriocistitis |
Neuropatía óptica aguda | Blefaritis, hordeolum interno y externo |
Neuralgia craneal | Conjuntivitis (folicular, bacteriana, vírica, alérgica o traumática) |
Procesos intracraneales (cefaleas con o sin aumento de la presión intracraneal) | Síndrome del ojo seco |
Tumor orbitario | Abrasión corneal, ulceración corneal, cuerpo extraño corneal |
Procesos faciales (sinusitis) | Glaucoma congénito primario |
Diagnóstico de exclusión: dolor funcional o idiopático | Episcleritis, escleritis y uveítis asociadas a afecciones sistémicas |
Contusión ocular | |
Adaptado de Aguilera ZP et al, 2016. |
Dr. Carmelo Chines
Director responsable