La degeneración macular asociada a la edad (DMAE) es una enfermedad que, en los países occidentales, constituye la principal causa de discapacidad visual en personas mayores de 65 años.
La DMAE es una enfermedad etiológicamente compleja: muchos factores ambientales, conductuales y genéticos influyen en su aparición y progresión. Varios estudios se han centrado en la búsqueda de nuevas estrategias terapéuticas que puedan prevenir o retrasar la aparición o el desarrollo de la enfermedad. En particular, algunas investigaciones recientes han puesto de relieve una correlación entre los genes del metabolismo de lípidos y lipoproteínas y la aparición de la DMAE.
Los resultados de la revisión de los estudios realizados hasta la fecha, aquí resumidos, sobre lípidos dietéticos y circulantes, junto con los resultados de los estudios genéticos y de aleatorización mendeliana, apoyan la hipótesis de una Papel de las lipoproteínas circulantes y del tráfico local de lípidos retinianos en la patogénesis de la DMAE.
Las investigaciones demuestran que algunos nutrientes con propiedades antioxidantescomo la luteína y la zeaxantina, las vitaminas C, E y el zinc y los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 de cadena larga (LC-PUFA omega-3), el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA) contribuyen a la reducir el riesgo de DMAE. De hecho, los estudios epidemiológicos han identificado la existencia de una relación entre la ingesta de AGPI omega-3 en la dieta (AGPI LC omega-3 como EPA + DHA) y la reducción del riesgo de DMAE; sin embargo, a pesar del efecto protector, los análisis realizados sobre los AGPI suplementados han mostrado resultados contradictorios. Por lo tanto, sigue sin estar claro qué poblaciones podrían beneficiarse más de la suplementación con ácidos grasos y qué suplementación podría ser óptima en un país o población étnica en comparación con otra.
En la dieta diaria, los lípidos se consumen generalmente en combinación con otros nutrientes que pueden influir directamente en su metabolismo; en apoyo de esto, estudios recientes han demostrado que la dieta de tipo mediterráneo, rica en PUFA y antioxidantes, puede ayudar a reducir la aparición y progresión de la DMAE. Una explicación podría residir en el hecho de que 20% del peso seco de la retina se compone de lípidos, y al menos 50% de ellos son grasas insaturadas, por lo que se supone que la oxidación lipídica desempeña un papel en los procesos patológicos de la DMAE.. Se ha planteado la hipótesis de que los antioxidantes endógenos y dietéticos podrían desempeñar un papel crucial en la defensa contra los radicales libres dañinos, ya que los antioxidantes contrarrestan la peroxidación lipídica dificultando o eliminando las especies reactivas del oxígeno y bloqueando la propagación de la cadena radical. La ingesta de nutrientes a través de la dieta mostró una mejora significativa en la defensa contra la DMAE, pero serán necesarios más estudios observacionales y clínicos para comprender y caracterizar mejor el papel específico de los PUFA.
La revisión bibliográfica realizada hasta la fecha no aclara del todo si la ingesta de lípidos en la dieta y los niveles de lipoproteínas circulantes se asocian directamente con el riesgo de desarrollar DMAE. Se ha descrito una asociación entre el HDL-C circulante y la DMAE, pero es difícil determinar de forma inequívoca qué papel desempeñan las partículas lipídicas séricas en la enfermedad. El sitio Los estudios genéticos han informado de asociaciones con variantes en varios genes implicados en el metabolismo lipídico; los estudios de aleatorización mendeliana han indicado una Papel causal de los niveles elevados de HDL-C a largo plazo en el aumento del riesgo de DMAE. Sin embargo, estos estudios han demostrado que las variantes de la proteína de transferencia de ésteres de colesterol (CETP) y la lipasa hepática (LIPC), asociados a un HDL elevado, mostraron efectos opuestos sobre la DMAE. Esto podría sugerir que estos tienen un efecto local sobre el metabolismo lipídico de la retina; Esta hipótesis se ve respaldada por la elevada carga de colesterol en los fotorreceptores y la expresión, en la retina, de muchos de los genes asociados a la DMAE (ABCA1, CETP, APOE) e implicados en la constitución de la maquinaria local de tráfico de lípidos.
Ni siquiera los efectos de lhipoproteínas La acumulación de lípidos circulantes en la retina aún no se conoce bien en el ser humano, a pesar de haberse estudiado en varios sistemas modelo. La dificultad surge, no sólo por la variabilidad de los perfiles de lipoproteínas plasmáticas animalessino también por sus diferencias con respecto a los perfiles humanos, lo que dificulta su traducción y proyección.
La La perspectiva de futuro pasa por las investigaciones metabolómicas y, en particular, lipidómicas. que pueden ayudar a comprender el efecto sistémico de las variantes genéticascomo ha ocurrido con otras enfermedades complejas. Además, el uso de la lipidómica podría aclarar, en modelos celulares, el intrincado papel del epitelio pigmentario de la retina (EPR) en el control de la homeostasis lipídica de la retina. Se sabe que tanto el EPR como los fotorreceptores son capaces de sintetizar su propio colesterol a través de la vía del mevalonato, estrechamente regulada; la retina, en cambio, sólo produce la 72% de colesterol que necesita y adquiere los lípidos restantes de la circulación. Dado que el EPR contribuye a la barrera retiniana, debe controlar la homeostasis lipídica mediante la creación y el eflujo de partículas lipoproteicas, lo que aún se desconoce es hasta qué punto influye la circulación sistémica en la homeostasis lipídica retiniana.
Los numerosos estudios sobre el tema han permitido realizar progresos significativos en la comprensión de la asociación lípidos/DMLE, pero queda por aclarar si el objetivo de una posible nueva estrategia terapéutica puede ser el metabolismo sistémico de las lipoproteínas, el metabolismo local de los lípidos en la retina, o ambos.
Bibliografía
-Una nueva perspectiva de la investigación lipídica en la degeneración macular asociada a la edad. EM van Leeuwena et al. Progresos en investigación retiniana y ocular. Mayo de 2018.
Dr. Carmelo Chines
Director responsable