El sindicato pierde un socio clave en innovación sanitaria y científica.
Con el referéndum del 23 de junio sobre el BREXIT, el pueblo británico decretó que el Reino Unido abandonará la Unión Europea. El referéndum tiene, de hecho, carácter consultivo, pero es políticamente vinculante y, por tanto, implicará la formalización de esta elección popular a través de un proceso procesal, regido por el artículo 50 de los tratados de la UE, que podría durar unos dos años.
Sin embargo, hay que empezar a plantearse una serie de preguntas sobre las consecuencias de una decisión tan importante, que sin duda afectará al futuro de la Unión Europea.
La atención inmediata de los medios de comunicación se ha centrado en los mercados financieros y los efectos económicos, pero también se dejarán sentir importantes consecuencias en el ámbito de las actividades farmacéuticas y, más en general, en los sistemas de bienestar que garantizan la salud de las personas en el contexto europeo.
Comencemos con un problema institucional relativo a la reasignación de los Sede de la EMA (Agencia Europea de Medicamentos).
La EMA es la agencia de la Unión Europea que desde 1995 gestiona de forma centralizada la evaluación científica, la supervisión y el control de la seguridad de los medicamentos desarrollados por las empresas farmacéuticas para uso humano en la UE. Desde su creación, esta agencia, que atiende a un mercado de unos 500 millones de consumidores, tiene su sede en Londres. Tras el BREXIT, se estudiará su traslado y ya hay numerosas solicitudes de ciudades que querrían acogerla. Entre las primeras en solicitarlo se encuentra la capital sueca, Estocolmo, que cree tener todas las credenciales porque, como señala Anders Blanck, director general de Lif (Läkemedelsindustriföreningen, el equivalente sueco de Farmindustria), el país escandinavo es el que cuenta con el mayor número de estudios científicos depositados en la UE.por delante de Francia, Alemania, España, Holanda y el propio Reino Unido". Suecia es también sede del prestigioso Karolinska Institutet, que concede cada año los Premios Nobel.
Italia, a través de las palabras del presidente de Farmindustria, Massimo Scaccabarozzi, subrayó que tiene todos los números para acoger la EMA: de hecho, presume de ser el segundo país de la UE en producción farmacéutica (30.000 millones en 2015), de una exportación de más de 70% y de un empleo creciente en el sector (6.000 nuevas contrataciones en 2015). Además, Italia cuenta con un sistema normativo puntero cuyo mérito corresponde a empresas e instituciones, entre las que destaca en primer lugar la AIFA (Agencia Italiana del Medicamento), hoy reconocida internacionalmente como un buenas prácticas por la innovación de los modelos de acceso a los medicamentos
Otra cuestión muy delicada que surgió, incluso antes del referéndum, se refiere a el impacto en la investigación científica de la salida de Gran Bretaña de la Unión.
Antes de la votación del 23 de junio, un grupo de 13 premios Nobel firmaron una carta que publicó el Daily Telegraph. Entre los firmantes se encontraban el profesor Peter Higgs, descubridor del bosón de Higgs, el genetista Sir Paul Nurse y Sir Martin Evans, galardonado por sus investigaciones sobre células madre.
En resumen, los 13 científicos subrayaron que, dentro de la UE, Gran Bretaña figura entre los socios clave de lo que puede considerarse una especie de "superpotencia científica" del planeta. En efecto, la UE alberga un enorme abanico de conocimientos especializados, y más de una quinta parte de los investigadores del mundo se mueven libremente dentro de sus fronteras. Alberga a muchos de los cerebros "excelentes" y las instalaciones más avanzadas (muchas de las cuales se encuentran en el Reino Unido) y su financiación y normativa influyen sin duda positivamente en la ciencia de todo el mundo.
En la parte delantera Británico La salida de la Unión supondrá la pérdida de financiación procedente de Bruselas, la necesidad de visados para el desplazamiento de sus científicos e investigadores dentro de la Unión, y también pueden peligrar ciertas relaciones de colaboración con instituciones científicas ubicadas en otros países europeos.
Confirmando estos temores, el Comisión de Ciencia y Tecnología de los Comunes de la Cámara de los Comunes declaró que el Reino Unido se había beneficiado "significativamente" del acceso al presupuesto de investigación de la UE y que ahora habría que encontrar más recursos para compensar lo perdido.
A todo ello se añaden los efectos negativos sobre la población estudiantil de los proyectos Erasmus que, hasta ahora, han tenido en las universidades británicas importantes interlocutores para el intercambio educativo de pregrado. Problemas similares surgirán también para todos los titulados europeos que habían encontrado en las universidades británicas una excelente oferta de Masters y PHD para completar su formación académica.
Por último, mencionemos un problema que afecta fundamentalmente a la plantilla de médicos especialistas contratados en el Servicio Nacional de Salud británico. Durante años, el Reino Unido, al aplicar rígidamente el sistema de número cerrado en el acceso a las facultades que forman para las profesiones sanitarias, ha tenido menos médicos de los que el propio Servicio Nacional de Salud (NHS) necesita cubrir. Esta escasez se ha remediado recurriendo en gran medida a la reserva de médicos especialistas de otros países de la UE, contratándolos en muchos centros sanitarios públicos.
¿Qué ocurrirá ahora? Se adoptará alguna normativa de urgencia para evitar el impacto negativo del BREXIT sobre la plantilla de médicos extranjeros que hasta la fecha, en gran número, han atendido a los súbditos de Su Majestad?
Dr. Carmelo Chines
Director responsable