La retinopatía diabética (RD) es una de las principales causas de ceguera evitable en los países desarrollados. Los tratamientos actuales se dirigen a las últimas fases de la RD, cuando la agudeza visual ya se ha deteriorado significativamente.
La RD se ha considerado durante mucho tiempo una patología retiniana exclusivamente microcirculatoria; sin embargo, las investigaciones actuales sugieren que neurodegeneración retiniana, que conduce a un adelgazamiento significativo de la capa de células nerviosas de la retina, puede ser un evento temprano en la patogénesis de la RD e influyen en el desarrollo de anomalías microvasculares.
La apoptosis neuronal y la activación glial (AG) son las características histológicas más importantes de la neurodegeneración retiniana. La AG es la respuesta general a la lesión de las células gliales y se caracteriza por la expresión anormal de la proteína glía ácida fibrilar (GFAP). Esta proteína se expresa, en la retina normal, principalmente en los astrocitos y, en menor medida, en las células de Müller. En la condición diabética, se produce la situación inversa, Las células de Müller adquieren una inmunorreactividad significativa frente a GFAPmientras que los astrocitos pierden progresivamente la expresión de GFAP. Cabe señalar que Células de Müllerlas principales células gliales de la retina, producen factores capaces de modular el flujo sanguíneo, la permeabilidad vascular y la supervivencia celular. Estos procesos se producen en las proximidades de los vasos sanguíneos de la retina, por lo que una lesión en estas células desempeña un papel esencial en la patogénesis de las anomalías tempranas de la microcirculación y el deterioro neurovascular de la retina. El AG también puede inducir la muerte de células neuronales.
La mayor parte de los conocimientos celulares y moleculares sobre los mecanismos implicados en las primeras fases de la RD proceden de modelos experimentales, pero éstos dan pocos indicios de los cambios bioquímicos que se producen en la retina del paciente diabético antes de la aparición de anomalías clínicamente observables.
El estudio de Sundstrom y sus colegas, identificó, a través de una proteómica, las principales proteínas y vías metabólicas implicadas en las primeras fases de la RD. El estudio se realizó comparando retinas de control de donantes no diabéticos (C) con retinas diabéticas de pacientes sin las lesiones vasculares clásicas que definen clínicamente la RD.
El estudio se centró en el análisis de las proteínas más relevantes relacionadas con vías neurorreguladoras y neurodegenerativas exclusivas de cada uno de los tres grupos (retinas de control y diabéticas con y sin AG), centrándose en proteínas y vías compartidas con enfermedades neurodegenerativas del sistema nervioso central.
Se han identificado 2190 proteínas en totalen todos los grupos. Para evaluar la asociación de las proteínas identificadas con las vías de señalización neurológica, los investigadores seleccionaron las vías más significativas pertenecientes a la categoría definida como "Neurotransmisores y otras señales del sistema nervioso". Con este enfoque, se identificó en cada grupo la presencia o ausencia de vías implicadas en funciones celulares neurorreguladoras. En general, se observó una homología significativa entre los tres grupos, con un total de 73 vías compartidas (58% del total). Sin embargo, para cada grupo se identificó un número considerable de vías neurológicas únicas.
En el grupo de control no diabético (C), las vías "Función neuroprotectora de THOP1 en la enfermedad de Alzheimer" y "Respuesta a proteínas no plegadas" fueron las únicas presentes. En el grupo de retina diabética con AG (D), las vías más presentes fueron "Degradación de la dopamina" y "Señalización del Parkinson"; mientras que en el grupo de retina diabética sin AG (DþGFAP), las vías más presentes fueron "Señalización de la neuregulina", "Potenciación sináptica a largo plazo" y "Procesamiento amieloide".
El estudio identificó un total de 35 vías relacionadas con la neurodegeneración o la neurorregulación representadas específicamente en un solo grupo (C, D y DþGFAP). Algunos de ellos, además, son vías compartidas con otros trastornos neurodegenerativos, como el Alzheimer y el Parkinsonapoyando así la existencia de una base común entre los procesos neurodegenerativos que tienen lugar en la retina y el cerebro.
El trabajo puso de relieve no sólo los cambios en el proteoma que se producen en las primeras fases de la RD, sino también, basándose en el grado de inmunorreactividad de la GFAP en cada grupo, cómo varían estos procesos con la gravedad de la enfermedad. El aumento de GFAP, por ejemplo, corresponde a la activación glial (AG), un cambio patológico asociado a la neurodegeneración y que precede a las anomalías microvasculares evidentes en la RD.
Así pues, una mejor comprensión de la patogénesis de la RD permitiría el desarrollo de estrategias preventivas y de intervención más eficaces contra las primeras fases de la enfermedadantes de que se produzcan daños microvasculares y deterioro visual. Los estudios sobre la neurodegeneración de la retina diabética también podrían abrir vías para comprender los procesos neurodegenerativos que tienen lugar en el sistema nervioso central de los pacientes diabéticos.
Fuente
El análisis proteómico de la retinopatía diabética precoz revela mediadores de enfermedades cerebrales neurodegenerativas. JM Sundstrom et al. Invest Ophthalmol Vis Sci. 2018, mayo; 59(6): 2264-2274.
Dr. Carmelo Chines
Director responsable