L'alergia ocular y el síndrome del ojo seco (DED) son dos enfermedades oculares muy comunes que tienen un impacto negativo significativo en la calidad de vida. Los estudios epidemiológicos indican una prevalencia en la población general de 10%-30% y 5%-50% para las alergias oculares y la DED, respectivamente. Sin embargo, mientras que las alergias oculares parecen afectar con mayor frecuencia a niños y adolescentes, la prevalencia de la DED tiende a aumentar con la edad. Aunque ambas afecciones son entidades clínicas diferentes, afectan a la superficie ocular y pueden manifestarse con síntomas similares.
La coexistencia de estas dos enfermedades se planteó como hipótesis hace más de 20 años y se ha confirmado mediante amplios estudios transversales. Varios estudios también han intentado investigar la relación entre la alergia ocular y la DED, sugiriendo que la primera puede predisponer a la segunda. El TFOS DEWS II (Tear Film and Ocular Surface Society), de hecho, ha incluido recientemente la conjuntivitis alérgica entre los probables factores de riesgo de DED.
Alergia ocular y síndrome del ojo seco en adultos y niños
La alergia ocular es un conjunto de trastornos de la superficie del ojo, que suelen clasificarse en dos grupos:
- conjuntivitis alérgica común, incluidas las formas estacionales y perennes;
- Querato-conjuntivitis, incluidas las formas primaverales y atópicas.
Las primeras son enfermedades alérgicas de leves a moderadas, a menudo asociadas a la rinitis, mientras que las segundas son enfermedades inflamatorias crónicas graves de la superficie ocular, con una patogenia más compleja. El picor, la inflamación y el lagrimeo oculares son los síntomas más frecuentes de los que se quejan los pacientes que sufren todas las formas de alergia ocular, mientras que la fotofobia y el dolor son típicos de las formas más graves, debido a la frecuente afectación de la córnea.
La DED, por su parte, se define como una enfermedad multifactorial de la superficie ocular caracterizada por una pérdida de la homeostasis de la película lagrimal, acompañada de síntomas oculares en los que la inestabilidad de la película lagrimal, la hiperosmolaridad, la inflamación, el daño de la superficie ocular y las anomalías neurosensoriales desempeñan un papel etiológico.
Alergias oculares y DED, ¿qué correlación hay?
I avances recientes en la comprensión de los mecanismos patogenéticos de la DED han permitido identificar varias vías de interacción entre estas 2 afecciones, aportando elementos importantes para considerar las alergias oculares como un factor de riesgo de DED:
- Cada vez son más los estudios que informan de la asociación entre la alergia ocular y la inestabilidad de la película lagrimal, más aún en la querato-conjuntivitis alérgica;
- Las alergias oculares también tienen un efecto sobre la osmolaridad de la película lagrimal, mediado por un aumento de la evaporación;
- La inflamación es una condición común en la patogénesis de la DED y las alergias oculares, ya sean las formas comunes o la querato-conjuntivitis;
- El daño a las células de la superficie ocular es bien conocido en la DED y se debe a la presencia de sequedad y al estado inflamatorio, que también caracterizan a la querato-conjuntivitis alérgica, pero no a las formas más leves de alergias oculares;
- Recientemente se ha destacado el papel crucial de las anomalías neurosensoriales en la DED y también se han observado anomalías similares en la querato-conjuntivitis alérgica.
DED y alergias oculares: cómo intervenir
El síndrome del ojo seco puede estar causado por diversos factores, como el uso de medicamentos tópicos o sistémicos, el uso de lentes de contacto y procedimientos oftálmicos quirúrgicos y no quirúrgicos. Varios estudios han demostrado que los antihistamínicos sistémicos son un factor de riesgo de DED, lo que podría representar una correlación más entre el síndrome del ojo seco y las alergias.
En el caso de las alergias oculares, el tratamiento consiste, en primer lugar, en identificar y evitar los agentes que provocan la manifestación alérgica. Además, pueden utilizarse sustitutos lagrimales. En particular, se pueden utilizar soluciones oftálmicas a base de ácido hialurónico para lubricar e hidratar la superficie ocular y ayudar a restablecer el confort, lo que también puede ser muy beneficioso para la DED. L'ácido hialurónicoDe hecho, es una molécula que se utiliza desde hace años como lubricante ocular por sus características especiales: tiene una estructura que le confiere una capacidad especial para combinarse con el agua y una excelente viscoelasticidad. La propiedad del ácido hialurónico de unir grandes cantidades de agua y su capacidad de imitar el comportamiento de las mucinas contribuyen a mantener la estabilidad de la película lagrimal y a garantizar una protección y lubricación ocular óptimas. Además de poseer estas propiedades especiales, el ácido hialurónico también desempeña un importante papel biológico en los procesos de reparación de tejidos, favoreciendo la motilidad, la adhesión y la proliferación celular.