Actualización sobre la uveítis

Se descubren nuevos factores de riesgo y tratamientos

La uveítis es una inflamación intraocular de la úvea, la capa media del globo ocular formada por el iris, el cuerpo ciliar y la coroides. Esta patología representa, en los países industrializados, el quinta causa más frecuente de discapacidad visual graveSus complicaciones provocan 20% de ceguera global y 35% de pacientes con uveítis, si no se tratan a tiempo y correctamente, experimentan ceguera o discapacidad visual en al menos un ojo.

El paciente con uveítis presenta síntomas diferentes en función del lugar anatómico donde se haya originado la patología:

- La uveítis anterior aguda se caracteriza por fotofobia, dolor, lagrimeo y disminución de la visión; la uveítis anterior crónica puede ir acompañada de enrojecimiento leve y miodesopsias (moscas volantes) o ser asintomática;

- La uveítis intermedia puede presentar miodesopsias y evolucionar hacia complicaciones como el edema macular;

- las uveítis posteriores, pueden presentar miodesopsias y/o visión borrosa, pudiendo agravarse esta última hasta disminuir la visión si el proceso inflamatorio afecta a la fòvea (zona central de la mácula responsable de la visión nítida).

Aunque los síntomas parecen claros, el diagnóstico de la uveítis se complica por el hecho de que el espectro de su patogenia puede implicar autoinmunidad, neoplasia y patógenos, por lo que requiere conocimientos de medicina interna, enfermedades infecciosas, reumatología e inmunología. Las pruebas de laboratorio rara vez son útiles como herramientas de cribado, por lo que la clave del diagnóstico es un evaluación específica y eficaz de los antecedentes del paciente, examen físico del paciente y revisión exhaustiva de los posibles factores de riesgo presentes.

Factores de riesgo: posible correlación entre uveítis y enfermedad tiroidea

Determinar la causa de la uveítis no es fácil, algunas factores de riesgo Sin embargo, aumentan la probabilidad de que se establezca: artritis juvenil, psoriasis y otros trastornos autoinmunitarios, artritis reumatoide, trastornos inflamatorios como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, VIH y otras enfermedades que debilitan el sistema inmunitario como la brucelosis, el herpes simple, el herpes zóster, la leptospirosis, la enfermedad de Lyme, la sífilis, la toxocariasis, la toxoplasmosis y la tuberculosis.). Además, recientemente se ha encontrado una correlación entre enfermedad tiroidea y el riesgo de uveítis, con la hipótesis de que ambas enfermedades podrían compartir una fisiopatología autoinmune común. Los resultados de otro estudio retrospectivo publicado por investigadores del Hospital Oftalmológico Wills de la Universidad Thomas Jefferson de Filadelfia, que analizaron los historiales médicos de 217.061 pacientes, también confirmaron la posible correlación entre la enfermedad tiroidea y la uveítis. El estudio reveló que el porcentaje de pacientes con uveítis que también padecían una enfermedad autoinmune fue definitivamente mayor que en el grupo de controlEsto llevó a la conclusión de que la autoinmunidad es posiblemente el mecanismo subyacente a la asociación entre uveítis y enfermedad tiroidea.

Tratamiento

Por lo general, un paciente con uveítis que recibe un tratamiento oportuno y adecuado se recupera, pero la falta de tratamiento oportuno y adecuado puede provocar complicaciones graves como glaucoma, cataratas, edema macular cistoide, desprendimiento de retina, pérdida permanente de visión.  En tratamiento implica, en presencia de una infección, la administración de antibióticos o antivirales, una vez eliminado el riesgo infeccioso, el tratamiento médico consiste tradicionalmente en fármacos ciclopléjicos, corticosteroides y, en pacientes con casos graves que no responden a los corticoides o con complicaciones asociadas a la terapia habitual, se puede utilizar inmunosupresores.

Estas terapias clásicas se complementan con, nuevos tratamientos incluidos fármacos dirigidos a mediadores específicos de la respuesta inmunitaria como moléculas que bloquean el factor de necrosis tumoral alfa (adalimumab e infliximab), que han demostrado modular eficazmente la respuesta inmunitaria en pacientes con uveítis. Adalimumab ha sido aprobado en EE.UU. por la Food Drug Administration (FDA) para el tratamiento de la uveítis intermedia no infecciosa, la uveítis posterior y la panuveítis en adultos, y recientemente ha recibido un dictamen favorable de la Agencia Europea del Medicamento (EMA).

Se están realizando numerosos estudios para encontrar nuevas terapias para el futuro tratamiento de la uveítis sin efectos secundarios, y entre ellas figura un nuevo agente terapéutico, un ARNi (ARN de interferencia que actúa sobre la expresión génica), que cuando se probó en ratones diabéticos suprimió la inflamación crónica de la retina. El estudio demostró que el número de leucocitos en la vasculatura inflamada se reducía significativamente en la retina tratada con ARNi en comparación con la retina de control. La nueva molécula también demostró ser segura y eficaz.

 Bibliografía:

- Garg SJ.Enfermedad tiroidea autoinmune y uveítis. JAMA Ophth 2017; DOI: 10.1001/jamaophthalmol.2017.0776.

- Kanda A et al, Terapia molecular - Ácidos nucleicos, 2017.

Dr. Carmelo Chines
Director responsable

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