Actualización sobre la coroideremia

La coroideremia es una enfermedad genética rara ligado al cromosoma Xcaracterizada por distrofia coriorretiniana y determinado por variaciones de secuencia o deleciones en el gen CHM. Este gen codifica la proteína REP-1 (proteína de escolta Rab) esencial para la activación postraduccional y la localización intracelular de las proteínas de unión a GTP Rab que controlan el tráfico vesicular en las vías secretoras y endocíticas. La actividad de REP1 en la coroideremia humana parece afectar únicamente al epitelio pigmentario de la retina (EPR) del ojo, lo que conduce a una degeneración progresiva de la coroides, el EPR y la retina. La prevalencia estimada de la enfermedad es de 1 en 50.000/100.000 individuos, con predominio masculino. Sin embargo, es probable que la la patología no se diagnostica correctamente debido a sus similitudes con otros trastornos oculares. Se cree que la coroideremia representa alrededor del el 4% de todas las causas de ceguera.

 

El primer síntoma de esta afección suele ser el deterioro de la visión nocturnaque puede producirse en la primera infancia. A continuación se produce un estrechamiento progresivo de la campo de visión (visión de túnel), así como una disminución de la capacidad para ver detalles (agudeza visual). La discapacidad visual en la coroideremia empeora con el tiempo, pero la progresión se produce de forma diferente dependiendo del individuo, sin embargo, todos los individuos afectados alcanzarán la ceguera en etapas posteriores de la vida.

Estudio sobre la coroideremia publicado en Genes

Una revisión muy reciente publicada en Genes ofrece una interesante panorámica de la nuevos conocimientos sobre el fenotipo clínico y las pruebas genéticas moleculares para la coroideremia, debatiendo terapias moleculares alternativas, incluida la posibilidad de la edición genética CRISP.

Los mecanismos moleculares que subyacen a la coroideremia son bien conocidos: la ausencia o reducción de la prenilación en la actividad REP1 altera las vías normales de tráfico intracelular, lo que conduce a la acumulación de productos tóxicos, la degeneración prematura de la retina y la reducción de la agudeza visual. Es lógico suponer, por tanto, que la sustitución mediante terapia génica de REP1 en el tejido retiniano podría restaurar la función celular y ralentizar la degeneración de la enfermedad. Para probar esta hipótesis, se están realizando actualmente varios ensayos clínicos con el vector viral adenoasociado AAV. La terapia de sustitución molecular consiste en administración subretiniana de AAV2-REP1 a las islas centrales supervivientes de la retina, este enfoque ha mostrado resultados prometedores de seguridad y eficacia, de modo que algunos de estos ensayos han alcanzado incluso la fase III.

La revisión también aborda las complejas interacciones que se producen entre los distintos tipos de células retinianas durante la patogénesis de la coroideremia y para las que resulta difícil establecer el orden exacto en que conducen a la degeneración del EPR, los fotorreceptores y la coroides. Parece probable que el EPR está directamente influenciado por la pérdida de REP1 y es un factor clave en la patogénesis de la enfermedad, pero aún no está clara la importancia de la degeneración primaria o secundaria de los fotorreceptores. Una mejor comprensión de estos mecanismos sería importante para entender qué desencadena el inicio de la degeneración clínicamente significativa y cómo se ve afectada la tasa de degeneración en cada tipo celular tras el tratamiento.

Fuente:

JC Kapetanovic et al. Terapias moleculares para la coroideremia. Genes 2019, 10, 738.

 

Dr. Carmelo Chines
Director responsable

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