Herpes zóster oftálmico y vacuna recombinante

La prevención es clave para mantener sanos nuestros ojos, y la vacuna recombinante contra el herpes zóster representa un importante avance en este contexto. El herpes zóster, también conocido como "culebrilla", es una enfermedad que puede causar dolores intensos y complicaciones, especialmente en adultos mayores. La vacuna recombinante ofrece una protección significativa, reduciendo drásticamente el riesgo de aparición y recurrencia de esta infección. Recomendada para mayores de 50 años, la vacuna también es una opción segura para quienes ya hayan recibido la versión anterior.

Enfermedad herpética

La infección oftálmica por herpes zóster es muy frecuente porque el virus, que es el mismo responsable de la varicela infantilUna vez contraída, permanece latente en los cuerpos de las células nerviosas, sin causar ningún síntoma.

Años o décadas después de una infección de varicela, el virus puede propagarse desde uno o más ganglios a lo largo de los nervios de un segmento afectado e infectar el correspondiente dermatómero, como se define un área de la piel servida por un nervio espinal particular, causando un erupción dolorosa.

Herpes zóster oftálmico

El herpes zóster oftálmico (HZO) está causado, como ya se ha mencionado, por la reactivación del virus varicela-zóster latente y suele provocar una erupción dolorosa con ampollas en la zona correspondiente a la rama oftálmica del nervio trigémino, afectando también a los ojos.

Se estima que el herpes oftálmico constituye aproximadamente el 10-20% del total de infecciones herpéticas.

Factores de riesgo

Los factores de riesgo para el desarrollo de esta infección, que también puede afectar a la nariz, incluyen:

- edad avanzada

- condiciones de inmunocompromiso

- la presencia de comorbilidades.

Recientemente se han publicado varios estudios sobre pruebas experimentales de una posible correlación causal entre el herpes zóster oftálmico y la vacunación contra el COVID-19, que parecería conducir a la aparición de una infección vírica que también puede afectar al ojo.

Síntomas

Una manifestación característica del herpes zóster oftálmico es el dolor intenso en el ojo, caracterizado por un dolor punzante que también se irradia a la zona periocular y dolor localizado en la fase aguda de la erupción vesicular.

Aproximadamente la mitad de los pacientes con herpes zóster oftálmico pueden desarrollar neuralgia postherpética con afectación oftálmica. Esta afección se caracteriza por un dolor facial de moderado a intenso que puede persistir durante más de 3 meses tras la aparición de la lesión cutánea.

Las características específicas de esta neuropatía son la presencia de dolor ardiente continuo y espontáneo con punzadas similares a descargas eléctricas en una fase paroxística, alodinia (es decir, el impulso doloroso que siente la persona tras un estímulo inocuo) e hiperalgesia (que define el aumento de la respuesta a un estímulo capaz de provocar sensaciones dolorosas).

Por lo tanto, la calidad de vida de estos pacientes se ve especialmente comprometida, por lo que es necesario encontrar estrategias que puedan aliviar los síntomas dolorosos y prevenir la recurrencia de la infección.

Tratamiento

En el manejo de la infección por herpes zóster, especialmente en edades avanzadas, el tratamiento de primera línea consiste en la administración oral de aciclovir o análogos antivirales sistémicos desde las primeras fases de la infección, aunque la capacidad de estos fármacos para reducir el riesgo de neuropatía postherpética sigue siendo controvertida.

Además del tratamiento antivírico, es esencial administrar una terapia específica para aliviar el dolor, la mayoría de las veces con fármacos analgésicos, incluidos antidepresivos tricíclicos, antiepilépticos, opiáceos y analgésicos tópicos.

Si la terapia oral resulta insuficiente, también pueden considerarse tratamientos quirúrgicos, como el bloqueo temporal de la sensibilidad nerviosa local para proporcionar un alivio inmediato del dolor a corto plazo.

Prevención de recaídas

La enfermedad herpética, como hemos visto, no es una enfermedad "en un solo estadio", sino más bien una infección recurrente que puede ir acompañada de dolor crónico postneuralgia.

Esta eventualidad hace pertinente que los oftalmólogos y las autoridades sanitarias promuevan la vacunación de las poblaciones contra el virus zoster.

El uso de la vacuna es deseable por una serie de razones concomitantes.

En primer lugar, en todo el mundo desarrollado se ha producido una prolongación progresiva de la esperanza media de vida y, por tanto, un aumento del componente anciano de la población, que tiene más probabilidades de sufrir una infección herpética.

En segundo lugar, los ancianos tienden a ser más susceptibles a la infección por zóster debido a una serie de condiciones relacionadas con la edad, como la inmunosenescencia inherente, que puede verse agravada por una posible inmunosupresión derivada de la farmacoterapia o de enfermedades que comprometen el sistema inmunitario, como el sida.

Además, hay que tener en cuenta que la vacunación contra la varicela administrada a una edad temprana conduce en realidad a una menor exposición al riesgo dentro de la comunidad y, por tanto, a un menor número de situaciones infecciosas que servirían para mantener la inmunidad celular.

La cuestión de si conviene vacunar y a qué edad debe recomendarse es bastante compleja. El estudio para la prevención del zóster (Estudio sobre la prevención del herpes zóster), publicado en el New England Journal of Medicine en 2005, demostró por primera vez la seguridad y eficacia de la vacuna para reducir tanto la incidencia de la infección herpética como el riesgo de neuralgia postherpética.

Los dos tipos de vacuna

A lo largo del tiempo se han desarrollado dos tipos de vacuna para inmunizar contra el virus de la varicela zóster:

  • Vacuna atenuada: fabricado a partir del virus del herpes zóster que se vuelve inofensivo y, por tanto, incapaz de transmitir la enfermedad al paciente.
  • Vacuna recombinante: mediante la tecnología del ADN recombinante.

Importancia de la vacuna recombinante

La vacuna recombinante contra el herpes zóster representó un paso importante en la prevención de las complicaciones asociadas a esta dolorosa enfermedad.

Protección frente a la neuralgia postherpética

La neuralgia postherpética es una de las complicaciones más temidas y debilitantes del herpes zóster, entre otras cosas porque se caracteriza por un dolor persistente incluso después de que se haya curado la erupción inicial.

La vacuna actúa estimulando una respuesta inmunitaria potente que previene no sólo la infección primaria, sino también las consecuencias a largo plazo. Los estudios han demostrado que las personas vacunadas tienen una menor incidencia de neuralgia, lo que se traduce en una mejora de su calidad de vida.

Además, la prevención de la neuralgia postherpética es crucial para evitar el uso prolongado de fármacos analgésicos que pueden tener efectos secundarios indeseables, especialmente en los ancianos.

Eficacia de la vacuna recombinante

La vacuna recombinante destaca por su alta eficacia en la prevención del herpes zóster y sus complicaciones. Analizamos los datos que demuestran su superioridad sobre otras soluciones disponibles.

Índices de éxito

Los estudios clínicos indican que la vacuna recombinante es muy eficaz, con una elevada índices de éxito. En los adultos de 50 a 69 años, la eficacia supera los 97%, mientras que en los mayores de 70 años se sitúa en 90%.

Estos resultados demuestran la capacidad de la vacuna para activar el sistema inmunitario de forma potente, proporcionando una protección duradera. La inmunogenicidad de la vacuna es un factor clave de su éxito.

Comparación con la vacuna viva atenuada

En el cuadro siguiente se resumen los resultados de la comparación entre la vacuna recombinante y la vacuna de virus vivos atenuados.

Característica Vacuna recombinante Vacuna Viva atenuada
Eficacia 97% – 90% 50% – 70%
Duración de la protección Larga duración Duración media
Recomendaciones de edad ≥ 50 años ≥ 60 años

La vacuna recombinante ha mostrado mejores resultados que la vacuna de virus vivos atenuados, con una mayor duración de la protección y una eficacia más elevada. Esto hace que la vacuna recombinante sea la opción preferida para la prevención.

Recomendaciones de vacunación

Las directrices para la vacunación con la vacuna recombinante están diseñadas para seleccionar a las personas más adecuadas para recibir esta forma de protección, en el momento apropiado.

Edad y requisitos

Se recomienda la vacunación de los adultos inmunocompetente mayores de 50 años. Esta recomendación se aplica independientemente de que la persona haya padecido herpes zóster en el pasado o haya recibido la vacuna con virus vivos atenuados.

Este enfoque garantiza que una amplia población pueda beneficiarse de la protección que ofrece la vacuna recombinante. Las personas con antecedentes de herpes zóster también son elegibles, ya que la vacuna puede prevenir recurrencias y complicaciones futuras.

En resumen, la idoneidad se basa principalmente en la edad y el estado general de salud, con el objetivo de maximizar la prevención del herpes zóster.

Tiempo Distancia entre dosis

La vacuna recombinante se administra en dos dosis0,5 ml cada una. Las dosis se administran con un intervalo de 2-6 meses.

  1. La primera dosis activa inicialmente el sistema inmunitario, creando una respuesta protectora.
  2. La segunda dosis refuerza la protección, garantizando una respuesta inmunitaria más sólida y duradera.

Este calendario permite obtener el máximo beneficio de la vacuna, garantizando un nivel óptimo de protección contra el herpes zóster.

Seguridad e inmunogenicidad

La seguridad y la eficacia inmunitaria de la vacuna recombinante han sido ampliamente estudiadas. Los resultados reafirman el uso de la vacuna en la población diana.

Estudios clínicos y resultados

Numerosos estudios clínicos confirmó la seguridad de la vacuna recombinante, con resultados que mostraban una respuesta inmunitaria fuerte y duradera.

Los participantes en el estudio notificaron reacciones adversas mínimas, generalmente leves y transitorias. Esto indica un buen perfil de tolerabilidad, que es crucial para la aceptación generalizada de la vacuna.

Los datos clínicos subrayan la importancia de la vacunación como medida preventiva contra el herpes zóster, especialmente en los adultos mayores, y también se ha demostrado la oportunidad de revacunar con la vacuna recombinante a los pacientes que ya habían sido vacunados con la vacuna de virus vivos atenuados.

Experiencias de pacientes vacunados

Las experiencias de los pacientes que han recibido la vacuna recombinante son generalmente positivas:

  • Reducción de los síntomasMuchos pacientes informan de una disminución drástica de los síntomas tras la exposición al virus.
  • Reacciones mínimasReacciones adversas: Las reacciones adversas son principalmente locales y de corta duración, como dolor en el lugar de la inyección.
  • Mejorar la calidad de vidaLos pacientes aprecian la reducción de la ansiedad relacionada con la posibilidad de desarrollar complicaciones graves.

Los testimonios de los pacientes refuerzan la importancia de la vacuna como herramienta de prevención eficaz y bien tolerada.

Sobre la infección ocular por herpes zóster ver también:

Herpes zóster oftálmico y terapia del dolor - Oculista Italiano

Bibliografía
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