La degeneración macular asociada a la edad (DMAE) es la principal causa de pérdida grave de visión central y ceguera legal en la población mayor de 60 años.
Es una enfermedad que surge de una compleja interacción entre varios factores, en primer lugar la edad, ya que el riesgo de desarrollar la enfermedad aumenta significativamente en las personas mayores de 65 años.
Además de la edad, existen otros factores de riesgo: demográficos (factor étnico, sexo), genéticos y ambientales (antecedentes familiares, tabaquismo, consumo de alcohol, dieta rica en grasas saturadas y pobre en pescado, frutas y verduras, obesidad, escasa actividad física, exposición prolongada a la luz solar.
Otro factor de riesgo es la presencia de enfermedades preexistentes, como la diabetes.
Clasificación
La DMAE (Degeneración Macular Asociada a la Edad) es una enfermedad degenerativa crónica, progresiva y con tendencia a la bilateralidad, que afecta a la mácula, la región central de la retina responsable de la visión nítida de los detalles de las imágenes.
Se reconocen dos formas de DMAE:
- la forma "seca", que afecta aproximadamente al 90% de todas las degeneraciones maculares, caracterizada por la acumulación bajo la mácula de depósitos de material amarillento, el drusasque alteran progresivamente la funcionalidad de los fotorreceptores, células responsables de la percepción de los estímulos luminosos;
- la forma "húmeda", afortunadamente menos frecuente que la forma seca, pero con un resultado más discapacitante, caracterizada por la formación de pequeños vasos sanguíneos anormales bajo la mácula. Estos vasos, de paredes muy frágiles, pueden supurar fácilmente líquido o romperse, provocando hemorragias en la retina.
La DMAE tardía es la patología más asociada al riesgo de ceguera y se presenta en dos formas: la atrofia geográfica (AG) y la DMAE neovascular.
Síntomas
La DMAE se manifiesta inicialmente como una reducción gradual de la agudeza visual asociada a una percepción alterada y distorsionada de las imágenes (las líneas aparecen onduladas). Se puede necesitar más luz para leer y tener dificultades para reconocer a las personas a menos que estén muy cerca. A veces se manifiesta por la presencia de manchas opacas (escotomas) en el centro del campo visual, pero a menudo los síntomas quedan enmascarados por el hecho de que el problema sólo afecta a un ojo.
En la forma "seca", la pérdida de visión central se produce lenta y progresivamente y es posible ver un punto negro en el centro del campo visual. Cuando se padece la forma "húmeda" de la enfermedad, la pérdida de visión central es, por desgracia, muy rápida.
Si aparece alguno de los síntomas descritos, debe realizarse un examen ocular lo antes posible.
Fotocoagulación con láser y terapia fotodinámica
Para el tratamiento de la forma húmeda, existen actualmente numerosas opciones terapéuticas, desde las tradicionales como la fotocoagulación con láser y la terapia fotodinámica (TFD) hasta la más reciente terapia farmacológica antiangiogénica.
La fotocoagulación con láser consiste en enfocar un rayo láser especialmente potente para destruir los vasos anormales que se forman en la retina.
En algunos casos, entonces es posible recurrir a la terapia fotodinámica (TFD), que destruye selectivamente los vasos sanguíneos anómalos mediante la inyección intravenosa de una sustancia farmacológica fotosensible que se activa con el tratamiento láser.
Terapia intravítrea con fármacos anti-VEGF
La importante y revolucionaria innovación terapéutica es la administración mediante inyección intravítrea de determinadas sustancias antiangiogénicas, capaces de contrarrestar la formación de neovasos (pegaptanib, ranibizumab, bevacizumab, aflibercept).
Hoy en día, la DMAE neovascular se trata principalmente con inyecciones intravítreas, que deben repetirse a lo largo del tiempo, de fármacos anti-VEGF, mientras que actualmente no se dispone de ningún tratamiento para la AG. Precisamente por este motivo, los enfoques preventivos pueden ser muy útiles para ambos subtipos de enfermedad tardía.
Terapia médica
Se sabe que tomar complementos alimenticios con combinaciones específicas de antioxidantes y minerales puede disminuir el riesgo de progresión de la degeneración macular asociada a la edad de intermedia a tardía, sobre todo en el caso de la forma neovascular.
Además, estudios observacionales han demostrado que una mayor ingesta de nutrientes específicos se asocia a un cambio en el riesgo de desarrollar DMAE.
En concreto, se ha observado que un menor riesgo de progresión de la degeneración macular asociada a la edad se asocia a una mayor ingesta de ácidos grasos omega-3 y carotenoides (luteína y zeaxantina), tomados a través de la dieta o de suplementos.
Dos estudios recientes, realizados en más de 8.000 pacientes, han demostrado que la adopción de una dieta mediterránea, y en particular su componente de pescado, está fuertemente asociada a una disminución de la progresión hacia la DMAE tardía, en particular hacia la atrofia geográfica.
Alimentos que reducen el riesgo de progresión de la ELM
Varios nutrientes se han asociado a un menor riesgo de progresión de la DMAE.
Entre ellos se encuentran los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga (LC-PUFA), los omega-3, los minerales (por ejemplo, cobre, magnesio y selenio), las vitaminas del grupo B y los carotenoides antioxidantes (por ejemplo, β-caroteno y luteína/zeaxantina).
Parece, por tanto, que una dieta de tipo mediterráneo o la ingesta de determinados componentes alimentarios individuales pueden desempeñar un papel importante a la hora de contrarrestar la progresión de esta enfermedad.
LC-PUFA y omega-3
Se cree que el consumo de pescado desempeña un papel clave. De hecho, la ingesta de LC-PUFA y omega-3 se ha correlacionado con un menor riesgo de progresión de la DMAE, como también se ha constatado en numerosos estudios publicados en la literatura.
La razón es que estos dos tipos de nutrientes producen metabolitos antiinflamatorios y antiangiogénicos.
Prevención mediante la nutrición
El pescado también contiene grandes cantidades de vitaminas del grupo B, cuya ingesta se ha asociado a una reducción 34% de la incidencia de la DMAE.
Un posible mecanismo por el que una ingesta adecuada de ácido fólico y vitaminas B6 y B12 protegería contra la DMAE podría ser la prevención del aumento de la homocisteína sérica. Esta última, en cantidades elevadas, es de hecho un factor de riesgo independiente de enfermedades neurodegenerativas y cardiovasculares y también se ha asociado a la DMAE.
Ciertos minerales contenidos en el pescado, como el cobre, el hierro, el magnesio y el selenio, también pueden reducir el riesgo de progresión de la DMAE.
No sólo el pescado, sino también la fruta y la verdura contienen abundantes cantidades de nutrientes antioxidantes, que se asocian a un menor riesgo de progresión de la ELM. Entre ellos se encuentran la vitamina C, los carotenoides provitamina A (α-caroteno, β-caroteno y β-criptoxantina) y luteína/zeaxantina.
Alimentos que pueden aumentar el riesgo de progresión de la ELM
En cambio, una mayor ingesta de determinados nutrientes parece asociarse a un mayor riesgo de progresión tardía de la DMAE. Se trata, en particular, de las grasas insaturadas y monoinsaturadas y del ácido oleico. Las principales fuentes de grasas insaturadas y monoinsaturadas son la carne, los productos lácteos y los alimentos azucarados, ricos en grasas y con baja densidad de nutrientes.
Conclusiones
En conclusión, el aumento de la ingesta dietética de ciertos tipos de nutrientes se asocia con un menor riesgo de progresión de la DMAE, entre ellos: minerales, vitaminas y carotenoides. Esta asociación positiva se aplica a ambos subtipos de DMAE tardía, pero es especialmente evidente en el caso de la atrofia geográfica, para la que no existe tratamiento en la actualidad. Estos nutrientes también pueden tomarse mediante suplementos dietéticos. La dieta y la suplementación oral pueden, por tanto, desempeñar papeles complementarios en la reducción del riesgo de progresión de la degeneración macular asociada a la edad.
Elvira Agrón et al, Dietary Nutrient Intake and Progression to Late Age-Related Macular Degeneration in the Age-Related Eye Disease Studies 1 and 2, VOLUME 128, ISSUE 3, P425-442, MARCH 01, 2021, DOI:https://doi.org/10.1016/j.ophtha.2020.08.018